La delincuencia causó destrozos y robos en las figuras que componen los cuatro monumentos alegóricos a la Justicia, al Campo, la Agricultura y al Trabajo, a la Libertad y a la Batalla, instalados sobre el pedestal de unos diez metros de altitud del Parque Ayacucho de Barquisimeto, patrimonio histórico de la nación, cuya construcción inició en 1930 durante la gobernación de Eustoquio Gómez y fue inaugurado el 19 de diciembre de 1933. Es una de las plazas más grandes de Latinoamérica, pero con escasa presencia policial.
Por negligencia u omisión se culpa a los entes del poder público nacional, regional y local de no ordenar oportunamente a los cuerpos de seguridad permanente vigilancia en el lugar, por estar siendo víctima de vandalismo desde hace varios meses, hechos denunciados a través de este medio de comunicación.
La parte alegórica que se le aprecia mayor daño es al monumento de La Batalla. Los antisociales le mutilaron los brazos a las figuras, incluyendo la estatua de Bolívar con la espada. A la figura que toca la trompeta le mutilaron el brazo y el instrumento, los fusiles se los desprendieron algunos completos y otros los arrancaron a la mitad.
Al monumento alegórico al Campo, la Agricultura y al Trabajo, ubicado al norte del pedestal, compuesto por un labriego con un tobo en la mano y otro con una pala al hombro, le robaron el tobo, y al de la pala le llevaron la herramienta y le cortaron el brazo derecho.
Mientras al monumento alegórico a La Libertad, situado en la parte este del pedestal, le mutilaron el brazo derecho a una de las mujeres que tiene el torso desnudo.
Al monumento a la Justicia los antisociales le mutilaron el ramo de flores y la mano de la figura que lo sostenía.
Se trata de figuras que poseen una proporción de dos metros, elaboradas en bronce.
Personas preocupadas por la destrucción de estos valores culturales que rechazan con sentimiento de pertenencia estos actos atroces, exhortan al Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas a tomar el caso palpable y a que trabajen en la búsqueda de los sujetos u organizaciones delictivas dedicadas en espacios públicos al robo de imágenes de próceres y personajes representativos de la historia de Venezuela.
También exigen se reabra el puesto policial que mantuvo allí su actividad por algún tiempo y al cerrar sus puertas le dejó el espacio libre a los antisociales, o un punto de la Guardia Nacional.
Aconsejan a no apoyar comprando imágines mutiladas porque constituye un delito, sobre todo a las fundidoras que operan en la entidad que trabajan con bronce como materia prima.
El Parque Ayacucho también está a oscuras por el hurto del cableado de su sistema de luminarias, y las fuentes no están operativas.
Conocedores en la restauración de piezas de bronce señalan que el costo de reparación de las figuras dañadas por el vandalismo en este parque es muy elevado actualmente, tomando en cuenta el índice inflacionario que atraviesa el país.
Para reconstruir hay que modelar las piezas dañadas, sacar los moldes, hacer el vaciado en bronce, después soldar las piezas con esta misma aleación y montarlas.
Quienes realizan estos robos deben escalar diez metros de alto que tiene el pedestal que sostiene los monumentos y por lo menos llevar segueta.
Cabe destacar la proliferación de casas invadidas en la zona del Parque Ayacucho, en la carrera 15 con 42 y 43, por personas de dudosa reputación que se sustentan bajo la aparente modalidad del robo.
Igualmente, un grupo de al menos 10 sujetos con actitudes violentas pernocta en el ala norte del parque, hacia la carrera 16 con calle 41, quienes representan una amenaza para visitantes a este lugar una vez lleno de paz para compartir familiarmente, hoy convertido en un infierno.
