La violencia que reina en las calles de Venezuela no distingue rango social, parcialidad política, ni profesión; por lo que antisociales no vacilaron en acabar con la vida de un sargento primero del Ejército Bolivariano, quien se habría negado a ser robado, la madrugada de este sábado, en el municipio Palavecino del estado Lara.
Residía al norte de Barquisimeto –caserío Las Palmitas, vía Duaca-, aunque sus raíces están en Coro, estado Falcón. Estaba destacado en el Fuerte Terepaima y se dirigía a su lugar de trabajo, cuando fue interceptado por tres maleantes.
Su nombre era Ángel Manuel Ollarves Cordero, de 30 años de edad, y tenía aproximadamente 6 años haciendo vida en el componente militar.
“Por no dejarse robar. Esa fue su reacción”, comentaron con lamento, a EL IMPULSO, compañeros del hoy occiso en relación a lo suscitado.
Un disparo en el pecho –con salida en la espalda- fue la causa de muerte.
Tras la partida de Ollarves Cordero queda sin padre una pequeña de 1 año de edad.
“Era un buen compañero, una buena persona”,
Salía de la discoteca e iba al Fuerte Terepaima
Según narraron amigos del hoy occiso, la vícitma fatal salió de una discoteca de la zona y decidió irse a pie hasta el Fuerte Terepaima.
Iba con otro soldado. Pasaron HiperLíder y el Colegio Americano con normalidad, pero, aproximadamente 200 metros después, a la altura de un camino de tierra que resulta la entrada a la invasión Maximiliano Rojas, salieron unos tipos de la oscuridad con armas de fuego.
Ángel Manuel se negó a entregar sus pertenecías y los antisociales realizaron varias detonaciones. Una sola bala lo alcanzó y fue suficiente para terminar con su existencia. Los homicidas se fueron sin llevarse nada.
La víctima fatal se desplomó en el pavimento y quedó tendido allí por unos minutos, hasta que un vehículo particular lo auxilió y trasladó hacia el ambulatorio Don Felipe Ponte de Cabudare, donde dejó de respirar.
“Esos ladrones se meten por esos caseríos que conectan la Piedad Sur y La Mora para perderse”, comentó un vecino de la zona.
El charco que produjo la sangre derramada por Ollarves quedó frente a un centro comercial -sin inaugurar- de la urbanización Cañas del Sur. Cámaras de seguridad de la edificación habrían captado lo suscitado.
A eso de las 10:00 a.m. del mismo sábado, el Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Lara, visitó la escena del crimen para realizar las pesquisas.