Dos rosas blancas, las estampas de la Divina Pastora y de Jesús de la Divina Misericordia al pie de una cruz de madera entrelazada por un rosario con cuentas del color de la bandera de Venezuela, en la avenida Hermann Garmendia de Barquisimeto, simbolizan el gesto de estima ofrecido por familiares de Nelson Daniel Arévalo Avendaño, ayer cuando se cumplieron dos meses de su asesinato en una manifestación.
En este tiempo de duelo ninguno de los Arévalo Avendaño había reunido valor suficiente para poner los pies sobre el mismo trozo de pavimento donde se desplomó herido en el cuello Nelson Daniel, el menor de una familia originaria de Guarico, municipio Morán. Este miércoles, una de sus hermanas, Yexary Arévalo, junto con el padre de ellos, Joaquín Arévalo, se acercaron a la avenida, a pocos metros del Saime, donde se derrumbó Nelson Daniel. Espontáneamente, se unieron algunos vecinos de Club Hípico Las Trinitarias, urbanización donde el joven solía juntarse con otros muchachos para defender sus convicciones: reclamar por un mejor país.
Más allá del gesto, la familia larense que el 16 de junio se convirtió en la décima enlutada por muertes relacionadas con las manifestaciones antigubernamentales quiso dejar constancia del deseo de que no quede impune este caso ni el resto en los cuales los responsables aún siguen libres. “Ese es el temor nuestro, que quede todo en veremos y, ya, un muerto más, como pasa mucho en este país”, declaró a EL IMPULSO el señor Arévalo.
Ante la designación de Tarek William Saab como fiscal general el padre de la décima víctima (de 20) en Lara espera que cumpla cabalmente con el rol: “Sería lógico que si este señor quiere trabajar busquen a la persona que le disparó a mi hijo, que entrevisten a las personas que estaban dentro del Saime, de donde supuestamente salió el proyectil que le quitó la vida a mi hijo”. A su vez, recordó que Nelson Daniel no tenía quemaduras en las manos y esa particularidad no concuerda con la versión de que falleció por la manipulación de un mortero dada por el ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol.
En su paso por el mundo terrenal Nelson Daniel, dijo sin dudarlo el padre, marcó la vida de quienes lo conocieron por su facilidad para atraer la atención y por su opinión respecto al país. Por eso, el señor Arévalo teme que su lucha se esfume: “Lo que asusta, a veces, es que perdimos a nuestro hijo y no hemos visto muchos cambios, lo que a veces entristece, como dice su mamá, él dio su vida por sus ideales y por muchos venezolanos y hay mucha indiferencia. No digo que me lloren al muchacho como lo lloro yo, pero la gente a veces lo toma solo como un muerto más y no vemos hacia dónde va el país”.