Para que la unidad funcione es indispensable tener claridad con relación al objetivo. Se necesita que sea el mismo para todos aunque la naturaleza de las organizaciones y personalidades a favor de la democracia, sea distinta. Con el objetivo compartido honestamente se puede avanzar a pesar de que la unidad sea diferenciada, pero dinámica. Las distintas estrategias no se sabotearan entre ellas, al contrario, pueden servir para la apertura de diversos caminos que simultáneamente conduzcan hacia el mismo fin.
Tengo algunas dudas relativas a la posibilidad real de lograr lo que acabamos de señalar. Ratifico la profunda convicción que me anima en esta lucha. El objetivo fundamental tiene que ser el cambio de régimen en el menor tiempo posible, procurando evitar daños innecesarios para la población. Ese cambio debe iniciarse con la salida de Nicolás Maduro como requisito para la reconstrucción nacional y la vida en libertad en el marco de una Constitución y un ordenamiento jurídico sabio y estable, compartido por todos, especialmente por quienes ejerzan el liderazgo del estado-gobierno en la nueva etapa. Las dudas surgen al escuchar planteamientos que se agotan en un electoralismo sin mucho sentido en la hora actual. El objetivo se antepone al dañino debate sobre participar o no en las elecciones de gobernadores. También al mensaje sobre la necesidad de “conservar espacios” que, dicho sea de paso, no tenemos, abandonando la batalla por mantener la plena vigencia de la Asamblea Nacional cada vez más disminuida y en vías de extinción gracias a la acción decidida del régimen.
La Asamblea Nacional es hija legítima de la voluntad popular en ejercicio de la soberanía. Ninguna otra rama del poder público, especialmente el ejecutivo, el poder judicial o el consejo nacional electoral -todos en minúscula- tienen legalidad de origen ni legitimidad de ejercicio. Mucho menos el fraudulento espectáculo de la llamada constituyente que, entre otros disparates contrarios al interés nacional, tiene a la misma persona como defensor del pueblo y fiscal general. Ahora resolvieron adelantar la elección de gobernadores para octubre en ambiente contradictorio y confuso, pero calculadamente administrado con efectos devastadores en el ánimo de los mayoritarios sectores democráticos.
De continuar las cosas como van la oposición estaría menospreciando el sólido apoyo internacional logrado. Un balde de agua fría sobre Almagro en la OEA, unos 20 países del vecindario y la Unión Europea. También se verán afectados los cerca de 30 exjefes de estado y de gobierno que demuestran solidaridad con la lucha democrática.
Incluso a riesgo de continuar como ha sido buena parte de mi trayectoria política, en relativa soledad, me mantendré fiel a mis convicciones y principios. Mucho de ello está en juego. No sé si será útil o inútil, pero cuando hay tranquilidad de conciencia y serenidad de espíritu, se combate mejor.