Resulta difícil calcular el tiempo que “se perdió” en cuanto a la educación desde que iniciaron las protestas en donde se exigía le restitución del hilo constitucional y que, posteriormente, se agregaron más motivos para mantener las calles con constantes manifestaciones que, en muchos de los casos, terminaron siendo reprimidas por cuerpos de seguridad.
Con respecto a la educación primaria, secundaria y diversificada, dependió de cada institución el manejo de este tipo de hechos. Variando especialmente con respecto a la ubicación de la escuela o liceo y también si se trataba de algún centro público o privado.
A pesar de los constantes pronunciamientos realizados por la Zona Educativa, en donde incluso algunos representantes consideraron que se trataban de amenazas; llegó a ser común encontrar colegios que se encontraban sin estudiantes precisamente por el temor de los padres de enviar a sus niños a clases, en un lugar en donde no se garantizaba la seguridad, asegurando que se dieron casos en donde castrenses atacaron directamente a ciertas instituciones.
La decisión de los padres de no enviar a sus representados a clases, generó que el último lapso básicamente no se tuviera de manera presencial en algunos colegios, puesto que fueron los últimos tres meses del cronograma académico los que se vieron perjudicados.
“Nosotros nunca cerramos. Diariamente acudía el personal de las diferentes áreas”, indicó anteriormente la presidenta de la Asociación de Colegios Privados en el estado Lara, Erlinda Frías de Hartliep. Asimismo aseguró que con el inicio del nuevo año escolar se realizarán pruebas diagnósticas con el fin de no dejar contenidos por fuera y que los niños puedan continuar con su debida preparación.
No obstante, el hecho de que los menores estuvieran alejados de las aulas no evitó que los padres continuaran con el respectivo pago de mensualidades e incluso, con los ajustes respectivos puesto que en pleno conflicto se anunció un incremento salarial que se debió cumplir.
En universidades
En el caso de algunos decanatos de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) los estudiantes habían presentado la propuesta de realizar un semestre en condición especial, que daba a pie a que el contenido correspondiente a 16 semanas académicas, que es lo estipulado, se redujera a 13 semanas; esto con intenciones de retomar lo que fue en algún momento, en donde se cursaban dos semestres por año.
A pesar del arreglo que se había hecho en cuanto a los horarios, las acciones de protestas generaron que las clases no iniciaran de manera formal, a pesar del llamado que se realizó en diversas oportunidades, no solo de parte de las autoridades, sino también de algunos Centros de Estudiantes.
El hecho de que los universitarios hayan sido una cara notable durante las manifestaciones, generó que incluso se les privara de ciertas providencias estudiantiles, puesto que se les condicionó “estar en clases normales” para que el Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, enviara el proteico que desde hace un tiempo han estado recibiendo de parte del ente central.
En oportunidades anteriores Luis Villavicencio, vicepresidente del Centro de Estudiantes del Decanato de Ciencias Económicas y Empresariales (DCEE) denunció que el hecho de no contar con comedor y transporte afectó precisamente que estudiantes foráneos se trasladaran a la ciudad sin garantía alguna; siendo estos los principales afectados puesto que a pesar de no estar en clases debieron mantener el pago de sus residencias para no perder el lugar.
En el caso de dicho decanato, así como otros tres al menos, la situación generó que no se diera inicio a un nuevo semestre e incluso, tampoco pudieron realizar el periodo de intensivos, el cual resultaba una importante ayuda a la hora de adelantar materias en vista del retraso que desde hace años ha caracterizado a las universidades públicas.
El motivo por el cual no puedo recibir este “beneficio” fue precisamente por no tener garantías de comedor y transporte, lo que limitaba a gran parte de los interesados; además de esto no se iba a aplicar el reembolso por parte del Ministerio como se ha acostumbrado. En consecuencia, a pesar de tratarse de educación gratuita, en esta oportunidad los estudiantes tendrían que costear una suma considerable de dinero (al menos 4.000 bolívares por unidad de crédito) para poder cursar algunas materias.
No es la primera vez que las universidades públicas pierden un semestre entero, pero tampoco lo ha sido con respecto a la unión entre los distintos sectores por un fin común que, como lo han indicado en reiteradas oportunidades, tienen como objetivo la recuperación del país; así lo expresó la presidenta de Asociación de Profesores de la UCLA (Apucla), Déborah Velásquez.
Esperan que el inicio de clases se dé con todas las garantías que les corresponde, como lo son el comedor, beca y transporte; de lo contrario, continuaría representando “poco rentable” acudir a clases, considerando que al menos 60% de la masa estudiantil son jóvenes que vienen de lugares foráneos y por ende, se ven inmensamente beneficiados al contar con el traslado y la alimentación garantizados.