El nudo de acontecimientos que se han agolpado sobre el presente escenario venezolano ha producido un entrecruzamiento de emociones donde igual que puede concentrarse una energía positiva transformadora, también puede generarse un pesimismo corrosivo originado básicamente por el recelo que pueda engendrarse hacia los líderes del proceso político.
Es importante en esta etapa crucial digerir toda la información que nos llega según el tamiz de la confianza. Aquí todos tenemos que tener claro que un 85% de venezolanos queremos lo mismo, aunque con estrategias diversas y algunas veces encontradas; de allí que no todo lo que se decida desde las instancias coordinadoras gozará de apoyos consensuales y eso es parte de las premisas democráticas presentes en el juego democrático. Por ello son aceptables las críticas y observaciones procedimentales, lo totalmente inaceptable es que se ponga en tela de juicio la honorabilidad y la buena fe de quienes están tomando esas decisiones, simplemente porque eso divide, eso rompe con la unidad moral que debe preservarse como motor del proceso hacia el rescate del hilo constitucional.
A este respecto es oportuno recordar unas recomendaciones hechas por el doctor Marco Tulio Mendoza, el siquiatra de más prestigio en el estado Lara y persona que suma a sus altos méritos académicos un trabajo ciudadano reconocido por todas las instituciones sociales: ”En nuestras propias manos tenemos la mejor y más eficiente terapia para redimirnos individual y socialmente. Recordemos una frase de Octavio Paz: Cuando dos se miran y se reconocen, el mundo se transforma. Si nos unimos con base en una empatía incluyente, si nos asumimos como venezolanos con un mismo destino y que por ello debemos transitar juntos caminos de éxitos, desaparecerán los miedos y las incertidumbres. Debemos llevar a todos nuestros compatriotas el mensaje claro de que esta crisis tiene soluciones confiables e integradoras, que tenemos gente con talentos y preparación suficiente para guiarnos por el camino de la superación de todos los dramas que padecemos”.
Este principio básico de asumir las actividades y propuestas de quienes son nuestros compañeros de camino con espíritu positivo es fundamental para transitar la ruta de obstáculos que tenemos los venezolanos por delante.
Actualmente el país en un porcentaje cercano al 90% reclama cambios en el manejo de la Economía, lo cual implica cambios políticos que lo hagan posible. El Gobierno se atrincheró en una ANC que ha sido rechazada internacionalmente de manera amplia y contundente, todos pidiendo la vuelta al hilo constitucional mediante elecciones libres, directas, secretas, según lo establecido en la Constitución Venezolana de 1999. Incluso Rusia, un aliado estratégico del presidente Maduro apoya este camino.
Visto de esta forma las elecciones regionales encajan perfectamente dentro de este planteamiento formulado a nivel internacional. Aceptables las críticas que expresan que para esta decisión no hubo consultas con los diferentes factores de oposición que conforman la calle, pero en verdad no había tiempo para hacerlo. Había que inscribir candidatos, lo cual no obliga a una campaña electoral y puede muy bien convertirse en un proceso de rebeldía social en contra de los desafueros oficialistas.
Son opciones sobre la mesa, pero en todo caso lo que debemos salvaguardar a todo evento es la Unidad y para ello es obligatorio que apostemos a la confianza mutua.