¿Cuántas veces nos hemos metido en aprietos por no recordar el nombre de una persona, que nos acaban de presentar? Si eres de los que vive con este problema ¡No te preocupes! Eso puede cambiar con algunas estrategias, que te presentaremos a continuación.
Ser «descuidado» con los nombres, es algo más común de lo que pensábamos, sino: ¿Quién no ha ido a una fiesta y no puede recordar al día siguiente como se llamaba la persona con la que compartió una agradable conversación? Muchas veces, por más que lo intentemos, no logramos conseguir como era que se llamaba.
Ser capaz de recordar el nombre de alguien, muestra que le prestamos atención y que nos importa lo que dice; esta habilidad nos puede ayudar, tanto en nuestro ámbito personal, como el profesional. Cuando un jefe conoce a sus empleados, produce confianza en ellos, al igual que los vendedores con sus potenciales clientes.
Una persona con mayor habilidad para memorizar las cosas, tiene una imaginación más utilizada, que le permite encontrar soluciones más creativas a los problemas.
Pero, realmente no es que tengamos una mala memoria, sino que no hemos aprendido las técnicas de memorización correctas. Los seres humanos, tenemos dos tipos de memorias, a largo y corto plazo; esta última, no guarda mucha información y olvida constantemente datos.
¡Sí!, como lo imaginabas, los nombres nuevos, los almacenamos en la memoria a corto plazo, por lo que se olvidan rápidamente, a no ser que nos concentramos en conocer a esa persona. Por naturaleza, se nos hace más fácil recordar que hace una persona para ganarse la vida, que su nombre, puesto que la profesión la vinculamos con otro objeto en nuestro cerebro; es decir, nuestra mente trabaja con asociaciones, que se desarrollan a partir de informaciones interconectadas.
A pesar del deseo profundo que tengamos de retener una información, esta no será efectiva hasta que la agrupemos con otro dato.
Cuando conocemos a una persona, asimilamos su nombre, pero para la memoria es una información arbitraria, que no la relaciona con otra cosa; luego de tener una conversación, donde podemos llegar a conocer más sobre ella, como, donde trabaja, cuáles son sus gustos o pasatiempos, permite a la memoria hacer vínculos de relación.
Estas conexiones, no sólo ayudan a crear una red de sociedades, sino que impedirá que esos nombres se esfumen de nuestra mente una vez que dejemos de hablar con esa persona.
No importa que tan raras o extravagantes sean las vinculaciones, siempre y cuando no se la digamos a nadie, en especial a esa nueva persona que acabamos de conocer.
Acá te dejamos algunos trucos que puedes realizar para mejorar sus técnicas de memorización.
