Contrario a lo que han asegurado algunos representantes de la salud en el país, las personas que padecen alguna enfermedad crónica deben someterse a una tortuosa espera para recibir sus tratamientos o simplemente “hacer de tripas corazón” para obtener los mismos por otro medio que no sea el Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS), ente encargado de suministrar los medicamentos de alto costo.
“Solo la primera sesión me la dio el Seguro, el resto la he obtenido con la ayuda de Dios”, dijo Serbana Prado, quien tiene con cáncer de mama. En su caso tuvo la oportunidad de recibir dos dosis de quimioterapia por el fallecimiento de una persona que fue paciente oncológico y decidió donar los que no fueron usados.
“Yo no sé qué habría hecho sin la ayuda de esa persona” expresó Prado quien expresó que a pesar de esta gran contribución se ha visto en la necesidad de comprar una ampolla que forma parte de sus indicaciones; la misma le costó 100 mil bolívares, los cuales tuvo que pagar con esfuerzo.
Destacó que “como ella hay muchos” e incluso, en situaciones más triste pues no han contado con alguna donación o no tienen los recursos para comprar el tratamiento. “Me da sentimiento, pero Dios me puso este reto y lo acepto”, dijo Serbana que está por culminar sus sesiones de quimioterapia; indicó que a pesar de que está cerca de finalizar, sus preocupaciones no acaban puesto que luego debe realizarse radioterapia y actualmente los equipos no están funcionando en su totalidad.
En tanto, el director del Servicio Autónomo de Oncología (SAO), Alejandro Useche, afirmó que la situación actual no es fácil para los pacientes y como médico tratante ha notado ausencias tanto a las consultas, como para aplicarse el tratamiento porque no lograron obtenerlo.
“Si faltan a la cita con el especialista y tienen un tratamiento irregular y no de manera periódico como se establece, entonces se tendrá un peor pronóstico”, indicó.
La falta de medicamentos causa un impacto negativo en el paciente no solo desde el punto de vista médico en relación a la enfermedad, sino también psicológico, puesto que no es sencillo aceptar que la vida dependa del IVSS.
“Las personas con cáncer no aceptan migajas. No se les puede dar pedacitos ni mitades, necesitan todo su tratamiento”, expuso el especialista.
Useche expuso que en el exterior una sola ampolla de un medicamento (no toda la terapia) puede valer hasta 1.200 dólares, cifra que resulta impagable para muchos.
No obstante, ni siquiera el hecho de contar con el dinero garantiza que podrán obtener el insumo que se requiere, por lo que es un tema sumamente complejo. Destacó que medicinas como adriamicinay ciclofosfamida tienen desde el año pasado sin ser suministrados, a pesar de tratarse de algunos de los más básicos; asimismo los tratamientos hormonales tampoco son regulares, afectando entonces a quien padece.
Informó además que actualmente los equipos de radioterapia están en mantenimiento, lo que significa que mensualmente al menos 25 personas dejan de recibir la radiación. Dada a esta situación, desde hace tres meses solo están realizando la braquiterapia.