Los habitantes del caserío Guamacire, en los límites de los municipios Palavecino e Iribarren, por el sur, están preocupados por la continuación de los saques indiscriminados e ilegales de arena y granzón del río Claro, sobre todo por la indiferencia que desde el ministerio de Ecosistema y Aguas (anteriormente del Ambiente), han atendido las denuncias al respecto.
Este martes, un grupo de miembros del consejo comunal El Hombre del Maíz, de ese poblado, denunció una vez más la destrucción del medio ambiente que, aparentemente con la anuencia de ese organismo y de la Guardia Nacional, viene ocurriendo desde hace tiempo.Sol Ángel Pino, Yusmaira Giménez, Tomás Álvarez, Ramona Ramírez, Zuleima Macho, Julio Vásquez y Yulienny Pineda, entre otros, acompañaron a periodistas d EL IMPULSO al lugar donde a diario ingresan los camiones volteos que y continúan ampliándose los socavones y la desviación del cauce del río.
Pino precisó que en varias oportunidades han denunciado el caso en la dirección estadal ambiental y, salvo el envío de una comisión de la Guardia Forestal, nada hace para terminar con ese ecocidio.
En la última comunicación señalan que, “nuestra comunidad corre un grave peligro de inundación y desaparición por parte del río de no corregirse esa actividad que afecta a 280 familias aledañas al cauce”.
Mostraron como el río Claro, debido a los saques de arena y granzón de manera indiscriminada, ha socavado las orillas, e incluso algunas viviendas, como la de Tomás Álvarez y Ramona Ramírez, corren peligro de ser arrastradas por los inminentes derrumbes.
Igualmente, cualquiera puede constatar el daño ecológico que originan esos saques al punto de que el río ha desviado su cauce unos cuantos metros, tanto al oeste como al este, acabando con flora y fauna naturales de la zona.
Incluso, habitantes del caserío han tenido noticias de obreros encargados de sacr arena amarilla de la parte oeste del río que han quedado sepultados al producirse derrumbes sorpresivos y han estado a punto de morir.
Sin embargo, al día siguiente vuelven a las labores aprovechando la nula vigilancia por parte de las autoridades encargadas de la protección del ambiente.
Sol Ángel Pino reiteró el llamado a las autoridades ambientales para que hagan algo por salvar de la total destrucción a la zona, que forma parte del Parque Nacional Terepaima y constituye una importante reserva boscosa generadora de aire para los municipios Iribarren y Palavecino.
Y a los vecinos de los Valles de Guamacire les resulta sospechoso que, aunque en algunas ocasiones el lugar ha sido inspeccionado por comisiones de la Guardia Nacional, las actividades de los extractores de material no ferroso del río no se han detenido en ningún momento, e incluso, son dirigidas por una persona como si fuese dueño de la zona.
No descartan que, ante la indiferencia de las autoridades regionales para solucionar el problema, se traslade una comisión de vecinos a Caracas para plantearlo directamente en el ministerio de Ecosocialismo y Aguas.
Mientras eso ocurre, diariamente siguen saliendo camiones cargados de arena amarilla, arena lavada, granzón y piedras, pese a no contar con la permisología necesaria para ello.
