Decía Goethe que en contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano. En contra de la crueldad, pareciera que ni Dioses ni hombres pueden lograr mucho: sus actuaciones se mueven aunque a veces parecieran caprichosamente, dentro de los extremos de lo cruel y lo bondadoso y como el abanico de opciones en dichos ámbitos da para lo inimaginable que forma parte de la naturaleza humana, será el campo artístico, a través de diversas manifestaciones, especialmente las artes visuales y escénicas, la literatura, la escultura y la música, el que permita la transacción simbólica, al convertirse en espacio de ¨realización¨ del mal. La muerte, las diversas formas de maldad y los resortes ocultos de la bondad, podrán ser mostrados en sus diversos matices, sin ser juzgados –asunto que concierne a las leyes y a la moral- ni hacer daño, salvo el que se derive de las limitaciones conceptuales y vivenciales del receptor, lo cual, tiene remedio.
En el campo de la realidad, todas las sociedades han puesto limites a las acciones que conducen a la destrucción del otro y de si mismo, individual o socialmente, mediantevalores, instituciones y mecanismos legales, pues a estas alturas, en unas de manera más consensuada, en otras, con la fuerza de las creencias religiosas, se considera que tanto para el individuo común como para quien ejerce las diversas instancias de poder, han de quedar claras tanto las normas éticas como las legales de comportamiento. Y como afirmamos al comienzo, tanto la estupidez como la crueldad son condiciones de lo humano, susceptibles de llegar a extremos, es legítimo entonces, limitar los recursos del Estado usados para en nombre de una ideología, ejercer la crueldad. Esto es válido para el maestro y para el gobernante: el vigilante y los cuerpos represivos e incluye a presidentes, jueces, ministros y todo el que detente suficiente poder para incidir en la vulneración de los DDHH.
Steiner calificaba la familiaridad con el horror, y el consecuente adormecimiento, como “radical derrota humana”. Quien la ejerce, obtiene placer con el dolor o el sufrimiento de otros. Desajuste emocional, cuando es concebido como parte del ejercicio del poder, se expresa cuando se reprime a sangre y fuego o cuando nuestro Alcalde legitimo, Alfredo Ramos, es detenido sin el debido proceso, trasladado esposado al SEBIN, vulnerados sus Derechos Humanos y los nuestros, puesto que lo elegimos con nuestros votos y de acuerdo a lo establecido en nuestras leyes, lo que conlleva malestar y urgencia de justiciaen todos los ciudadanos responsables, pues además nos impusieron dos días después, una alcaldesa, cuya compañía llegara en autobuses, custodiada por un camión con guardias nacionales y unos cien policías alrededor del Palacio Municipal, en un acto que por arbitrario, careciera de alegría.
La ideología política produce en quien la padece, la alienación que le lleva a insensibilizarse hacia el Otro, el distinto, porque piensa de otra manera. Uno de sus efectos, el fanatismo, le transforma en un ser violento al sufrir una especie de ceguera mental que por elemental es peligrosa, no solo para los demás sino para si mismo, al creerse superior y en consecuencia, liberado de las normas de convivencia que nos conciernen a todos. Será ejemplo de estupidez y de la radical “derrota humana”.
Alfredo Ramos sufre hoy las consecuencias de la arbitrariedad que le llevan a ser un preso político. Nos corresponde a todos tal como lo plantea el Documento firmado por los miembros del “Consejo Consultivo Ciudad de Barquisimeto” y por quienes convocaron y participaron en el “Cabildo Abierto”, practicar la ciudadanía al defender la institucionalidad y exhortar a la Plenaria del Consejo Municipal de Iribarren, a respetar el Estado de Derecho, recordándoles que al votar inconstitucionalmente, se incurre en delitos penales que pueden revertirse y convertir sus actos en nulos y sujetos a penalidad. En fin, que la estupidez sola no hace mucho daño salvo cuando se alía a la ilegalidad y la crueldad. De eso sabemos bastante los venezolanos, bajo esta lluvia de horror, intensa como una oscura noche, que como todos sabemos, siempre se acentúa cuando se acerca el amanecer.