La Asamblea Constituyente del presidente Nicolás Maduro empezará a sesionar este sábado con la mira puesta en la fiscal general, Luisa Ortega, entre nuevas señales de rechazo internacional con la posible suspensión política de Venezuela en el Mercosur.
Presidida por la excanciller Delcy Rodríguez, la Constituyente prevé instalar una Comisión de la Verdad que, según Maduro, «traerá justicia» tras los incidentes violentos registrados en las protestas que le acosan desde hace cuatro meses y que dejan unos 125 muertos.
«Si aquí hubiese una Fiscalía que actuara (…) hace tiempo que todos esos guarimberos (manifestantes violentos) estuviesen encarcelados», dijo el viernes el gobernante socialista al enfilar contra Ortega, en un acto militar realizado con la presencia de Rodríguez unas horas después de la juramentación de los constituyentes.
Maduro y dirigentes oficialistas han advertido que la asamblea, un «suprapoder» que reescribirá la Carta Magna promulgada en 1999 por el fallecido expresidente Hugo Chávez, «pondrá orden» en el Parlamento –de mayoría opositora– y en el Ministerio Público.
Aunque el mandatario prometió que la Constitución resultante se sometería a referendo, los asambleístas tomarán decisiones de aplicación inmediata.
Uno de sus blancos es Ortega, confesa chavista que fracturó al oficialismo al romper con Maduro. La fiscal, para quien la Constituyente refleja «una ambición dictatorial» del presidente, recibió el viernes una medida de protección de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que consideró su vida en «riesgo».