Todas las mamás tienen experiencias distintas al amamantar, para unas el proceso fue natural y satisfactorio desde el primer contacto con su hijo, algunas sintieron dolor en el primer agarre pero luego mejoraron la técnica y otras tuvieron tanto miedo que ni siquiera lo intentaron.
Las madres primerizas se basan en los consejos de las abuelas, tías, vecinas y amigas. Sin embargo, estos consejos arrastran mitos que han ocasionado que la mamá renuncie a la lactancia y opte por alimentar a su hijo con fórmulas maternizadas, que aunque sean especializadas, nunca aportarán los mismos beneficios que la humana.
Derribar estos mitos no es tarea fácil, quizás la opinión de una abuela tiene más peso que la de un pediatra o consejero en lactancia, y a las mamás les repiten tantas veces frases como: “tu leche ya no sustenta al bebé”, “dale un teterito para que duerma toda la noche” y “ya agarró el pecho sólo por maña”, que la balanza se inclina hacia una alimentación artificial y amamantar pasa a segundo plano.
La doctora Maria Auxiliadora Cardozo, presidenta de la Sociedad Venezolana de Pediatría y Puericultura (SVPP), explica que si la mamá entendiera que el beneficio de amamantar no tiene comparación, no haría falta más nada para lograr una experiencia satisfactoria.
-La mamá debe empoderarse y adueñarse de la lactancia para que ninguna opinión distinta la haga desistir. Nos hemos dado cuenta en nuestro transitar diario que todo lo que rodea a esa mamá, comentarios, opiniones y falsas informaciones, entorpecen la lactancia.
Cardozo aclara que no se debe satanizar a la madre que decidió no amamantar y prefiere la fórmula maternizada, pero que hay que educar a la que va a empezar. Cada uno de nosotros debe ser multiplicador de la información positiva acerca de la lactancia.
Alimentación
La Sociedad de Pediatría recomienda a la madre primeriza contactar al pediatra y/o consejera de lactancia materna antes del nacimiento del bebé, a fin de conocer los cambios que se presentan en los pechos, aprender sobre la técnica de agarre y posiciones y todo lo que sucederá fisiológicamente.
Al inicio las expectativas deben ser reales, no todo sale como se espera, pero con la práctica, mejora.
-Muchos síntomas del recién nacido son propios de la inmadurez que van a ir pasando cuando el bebé crezca, pero entonces la mamá y el entorno, asumen que todo es culpa de “la teta”, y en la mayoría de los casos señalan a la mamá de haber comido algo indebido.
La doctora Cardozo manifiesta enfáticamente que amamantar no es sinónimo de dieta, y cuando ella se lo dice a sus pacientes, su cara se “transforma”.
-Muchas no lo creen y siguen sin atreverse a probar ciertos alimentos, su régimen de alimentación se vuelve estricto y presentan consecuencias en la conducta y el descanso; en cambio otras, al comer como de costumbre, comienzan a disfrutar de la lactancia y su estado emocional inmediatamente mejora.
Las prohibiciones en cuanto a comida, son una de las principales causas por las que la mamá declina la lactancia. Salvo condiciones especiales de salud, una mamá que amamanta puede seguir con su alimentación habitual, sin comer en mayor cantidad ni privarse de determinados alimentos.
Eso sí, debe asegurarse de consumir alimentos de calidad con suficiente aporte de vitaminas y nutrientes, para que le den un plus de energía, pero puede elegir entre la variedad, aquellos de su preferencia.
-La mamá debe entender que lo que le pasó a la vecina, no tiene porqué ocurrirle a ella.
La leche es lo único que necesitan los bebés
La pediatra María Auxiliadora Cardozo indica que la leche humana es lo único que necesitan los bebés durante sus primeros seis meses de vida, no necesitan ingerir agua ni ningún complemento que los sustente, “cada mamá produce la leche suficiente para sus hijos y con los nutrientes especiales para su bebé.
Y además, aquel bebé que recibió lactancia materna exclusiva en sus primeros seis meses, no va a requerir usar biberón en ningún momento de su vida.
Aclara también que ninguna mamá debe amamantar a otro bebé que no sea el suyo, ni siquiera el de su hermana o vecina.
-No es correcto fomentar que una mamá ofrezca su leche a otro hijo, principalmente por la transmisión del VIH y además porque la leche materna va cambiando de acuerdo a la edad de cada bebé. La madre que lacta a un bebé de seis meses no puede ofrecerle su leche a uno recién nacido, por ejemplo.
Promoción de la lactancia en Venezuela
La presidenta de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría recuerda que todos los pediatras deben ser facilitadores y promocionar la lactancia.
-La pediatría tiene que ir de la mano de la lactancia, debe ser algo innato, aquellos que no hacen énfasis en recomendarla, es por desconocimiento.
La Organización Mundial de la Salud junto a Unicef renuevan anualmente su campaña a fin de que la sociedad facilite la lactancia en cualquiera de los escenarios en donde el bebé tenga hambre: en el trabajo, en la calle, en el mercado, en el autobús.
Pasito de amor recomienda
Una consejera de lactancia es una figura internacional avalada por la Organización Mundial de la Salud. En países con mejores condiciones de salud pública, el Estado le asigna una consejera a la parturienta, mientras que en Venezuela, las mamás acuden a las “mentoras” cuando ya el problema se presentó.
Paola Linares, licenciada en enfermería, promotora y consejera de lactancia, tiene dos años con su proyecto Pasito de amor, que le ha permitido un acercamiento con las mamás barquisimetanas con las que ha creado una comunidad que defiende la lactancia materna por encima de todas las cosas.
Charlas, talleres y actividades como una “amamantada sincronizada” permiten conocer experiencias de otras mamás, aprender de ellas, corregir errores, silenciar a los “opinólogos” y hacer de la lactancia una experiencia placentera.
A través de su cuenta en Instagram @pasitodeamor también aclara dudas, especialmente de las primerizas, que se sienten el ojo del huracán cuando amamantan.
Para la licenciada, hay muchos vacíos en las leyes venezolanas que faciliten la lactancia y la crianza con apego, sin embargo asegura que la determinación de cada mamá basta para cumplir con el objetivo, que es amamantar a su hijo sobrepasando cualquier barrera. La reincorporación al trabajo, por ejemplo, no es excusa para abandonar la lactancia materna exclusiva.
Aconseja a las mamás a confiar en sí mismas, en su cuerpo y la capacidad que se les otorgó para que la leche salga a borbotones. También recomienda dejar de lado la “guerra entre mamás” entre aquellas que amamantan y quienes dan biberón, o las que cargan en brazos a sus hijos y las que prefieren usar el coche.
“No nos podemos atacar entre nosotras, cada una va a hacer lo que cree que es mejor para su hijo, pero sin duda tener conocimiento, marca la diferencia”.