Muhammad Alí estuvo solo en muchos frentes de batalla, pero Joe Frazier, George Foreman y unos cuantos más le pelearon de igual a igual en el ring.
¿Usain Bolt? Nadie ha podido hacerle sombra, dentro y fuera de la pistas.
El hombre que reescribió los libros de récords y salió al rescate de su deporte se despide. Sus esprints en los 100 metros y en el relevo 4×100 de Jamaica en el Mundial de atletismo, que arranca el próximo viernes, deben terminar con otro par de medallas de oro. Pero el jamaiquino también deja al atletismo con una enorme interrogante: ¿Quién será su heredero?.
“Debe ser alguien que esté dominando, y ahora mismo nadie lo hace”, dijo Michael Johnson, explusmarquista mundial de los 200 y 400 metros, y considerado la máxima figura del atletismo en la década de 1990. “Se necesita alguien que tenga ese elemento especial que él tiene, en cuanto a personalidad y presencia. No vamos a contar con eso”. Aunque no se retira invicto, Bolt puede presumir de algo singular: Ser un atleta que nunca perdió en las citas de mayor magnitud. Y con su don para entretener al público, sumado a su extraordinaria velocidad -su gusto por los McNuggets de pollo para cenar, su pose con el brazo izquierdo extendido-, se cargó encima a un atribulado deporte, haciéndolo atractivo y relevante.