José Miguel Pestano nunca había tomado la decisión de participar en protestas, hasta este jueves, cuando se adentró a las calles encendidas por la indignación, cerca de su casa, en La Mata, Cabudare.
Estaba allí cuando llegaron ocho motorizados de la GNB y los emboscaron. A él y otro muchacho los atraparon. Al compañero le abrían ordenado que se arrodillara, lo golpearon y le dispararon en el glúteo.
Pestano corrió y no había avanzado tres cuadras cuando cayó malherido: una bala lo alcanzó en la parte izquierda de la espalda. Al Hospital Internacional llegó sin signos vitales.
Tenía 23 años, estudiaba tercer semestre de ingeniería civil y, aunque estaba de vacaciones, aprovechaba su tiempo libre para trabajar en la Embotelladora Terepaima. También fue jugador de la Escuela de Fútbol Matriz y perteneció a Los Linces Fútbol Club.
“Solamente espero que su muerte no sea en vano. Que Venezuela sea libre al fin”, declaró Marianny Espinoza, novia del muchacho asesinado.