Un juego de Poder se ha desatado en Venezuela, ningún sector en pugna es capaz de terminar de imponerse a otro. Y si bien claramente la gran mayoría de los venezolanos quiere un cambio, esto no parece ser suficiente argumento para unos pocos que insisten en aferrarse al Poder por mantener ciertas prebendas, o simplemente por sobrevivencia. Este último grupo es cada vez más reducido, hasta el punto que ya hay personas vinculadas al Gobierno, y en términos más amplios al chavismo, que han cobrado conciencia que es momento de dejar que otros gobiernen.
Mientras todo esto ocurre el país intenta no detenerse, esfuerzos sueltos por mantener cierta actividad económica, el funcionamiento mínimo de los servicios públicos, e incluso el deseo de las personas por respirar cierto aire de normalidad saliendo a entretenerse aún se puede ver. Sin embargo, todos estos son intentos de sobrevivencia, los cuales buscan básicamente contener la debacle y aguantar hasta que lleguen mejores tiempos. En estas circunstancias la pobreza sigue colándose por toda la sociedad como una sombra silenciosa.
El Gobierno está tratando de ganar tiempo, ya ni siquiera parece tener un Proyecto que más o menos despierte la esperanza de la gente. En esencia está cumpliendo el lamentable libreto de todos los gobiernos que funcionan en países debilitados institucionalmente y que pierden el apoyo popular, la imposición del deseo de unos pocos por encima del de la mayoría. Hoy lo que salta a la vista es una estructura de control que viene gestándose desde hace años y que pudo mantenerse oculta gracias al apoyo popular sostenido en base a un populismo sin precedente.
El país hoy está en vilo, múltiples escenarios están a la vista, unos más probables que otros. Dentro de toda esta confusión lo que parece claro es que la calle seguirá activa, en tanto que se seguirán acumulando descontentos. Una evidencia de lo anterior es que la tan temida fecha límite de la ANC que para muchos podía significar la desmovilización de la gente al parecer no ha surtido ese efecto, cada vez es más común encontrarse con personas que han cobrado conciencia que haya o no ANC, el 1ro de agosto el conflicto continuará.
A pesar de todos los escenarios, así como de la triste realidad de personas que continúan falleciendo a manos de la violencia y muchos otros más que han sido detenidos, todo parece indicar que al final tendrá que haber negociaciones, por el simple hecho que es la única forma de disminuir el alto costo de seguir en un conflicto de larga duración. A esto se debe sumar, para bien o para mal, que Venezuela es parte de un ajedrez internacional en el que múltiples intereses también están haciendo lo suyo para “estabilizar” la situación (claro que cada uno en función de sus intereses).