A pesar de que gran parte de los locales se encontraban con sus puertas cerradas, por celebrarse el natalicio del Libertador, Simón Bolívar, y ser un día feriado; un grupo de barquisimetanos salieron a las calles a terminar de realizar lo que ellos llaman compras nerviosas.
Este fin de semana no era quincena, pero las ventas de verduras, abastos y charcuterías se encontraban repletas de usuarios. Incluso, en las colas se podían observar ciudadanos comprando garrafas con litros de agua y alguno que otro paquete de velas.
Ana María Vásquez comentó que tiene años a la espera de la guerra que según todos los venezolanos se avecina. Comentó que en su casa siempre ha tenido comida de reserva congelada, muchos embutidos y enlatados, los cuales no consumía hasta que estaba cerca la fecha de vencimiento. Sin embargo, desde que inició la escasez de alimentos y la inflación disparó los precios de los pocos artículos que se encuentran en el mercado, Vásquez comentó que tuvo que alimentar a su familia con aquella reserva, para estirar más su dinero. Desde la semana pasada se encuentra adquiriendo la mayor cantidad de alimentos que le permiten sus ingresos, para prevenir todos los escenarios que puedan ocurrir esta semana.
“Antes tenía comida hasta para dos meses de reserva. En esta ocasión solo puede comprar comida para tres semanas, y eso sí, estirando cada granito de arroz. Yo espero que no tengamos que terminan alimentándonos de nuestra reserva, pero prefiero ser precavida”, expresó.
Este lunes los carros no cabían en la avenida 19, a la altura de una venta de verduras que se encuentra en el este de la ciudad. La cantidad de vehículos estacionados congestiona un poco el tráfico en la zona, incluso hasta tres vigilantes ofrecían sus servicios a las decenas de personas allí se encontraban. Los consumidores en el lugar comentaban que para ser un día feriado y domingo, era increíble la cantidad de personas.
Lourdes Balestro comentó que los días que se acercan son un panorama desconocido. En su caso solamente compró un poco más de comida de la tradicional, porque ella tiene por seguro que la luz será cortada y será una pérdida de dinero todo los alimentos que adquiera apresuradamente. Aunque ve con temor que existen cientos de escenarios en los que se desarrollarán los próximos días.
En tanto, Francisco Parra detalló que solo se encontraba allí aprovechando el día feriado. “Hay que aprovechar de salir a hacer las comprar cuando la oposición no está cerrando toda la ciudad. En mi caso he perdido parte de mis días libres encerrado en mi casa sin poder salir a buscar la comida, y tenemos que resolver con lo poco y caro que venden las bodegas en mi hogar”.
Otros tantos ciudadanos aunque deseaban realizar sus compras nerviosas, era algo no posible para su bolsillo. Elizabeth Fuentes agregó que está consciente que la situación se pondrá mucho más difícil, sin embargo, relató que los recursos que adquiere semanalmente ni siquiera le dan para comprar alimentos para esos 15 días, mucho menos para tener comida de reserva.
Retraso en combustible
Un gerente de Pdvsa, cuyo nombre no quiso revelar por obvias represalias, informó que desde este lunes se encuentran suministrando las estaciones de servicios a las cuales no les habían podido cumplir con las entregas regularmente.
Indicó que el factor que retrasa la distribución de gasolina es la gran cantidad de trancas y guarimbas; así mismo los conductores tienen miedo que sus unidades sean secuestradas como al menos ya ha sucedido dos veces en el estado Lara.
“Si hemos tenido que suspender es para resguardar los bienes del estado. El paro que viene empeorará mucho más esta situación, porque el paro será económico y evitará mucho más suplirnos de insumos, productos y servicios”, expresó.
Víctor Serrano, bombero de una estación de servicio ubicada al este de la ciudad, informó que no recibían los camiones desde el sábado en la mañana, y que cuando llegó no duro absolutamente nada porque conductores se colocaron en filas y llenaban full sus tanques.
Ayer, conductores alegaban tener rato visitando distintas bombas, porque gran cantidad de ellas se encontraban cerradas, y las pocos que funcionaban tenían medianas colas; sin embargo, en cuanto comenzaron a llegar los camiones, las colas disminuyeron.