El diplomático venezolano Isaías Medina, uno de los representantes del país sudamericano ante las Naciones Unidas, presentó su dimisión el jueves por la persecución sistemática a civiles, el «terrorismo de estado» y las violaciones de la constitución cometidas por el gobierno del presidente Nicolás Maduro quien, según dice, debería seguir sus pasos.
Medina, un abogado internacional que era fungía como consejero en la delegación de Venezuela ante la ONU, dijo a The Associated Press el jueves en la noche que los últimos 100 días de protestas, que dejaron más de 15.000 heridos y más de 100 muertos en el país, «me causaron un gran impacto».
Decidió renunciar «en base a principios (porque) sería hipócrita seguir aquí sin representar los valores de la Carta de Naciones Unidas”.
Y le envió un mensaje a Maduro: «Deje el cargo para que pueda asumir un nuevo gobierno y hacer su trabajo».
«Este es un estado fallido”, señaló Medina. «Este es un gobierno fugitivo y una completa dictadura (…) Maduro no tiene derecho a estar en esa oficina”.
Medina dijo que trabajó como abogado, entre otros lugares en Nueva York en la década de 1990, y es diplomático desde hace casi dos años y cuatro meses, casi el mismo tiempo que pasó en Naciones Unidas.
Representó a Venezuela en el comité de la Asamblea General responsable de cuestiones legales y fue el vicepresidente para América Latina en la primera conferencia del ente para la protección de los océanos, celebrada el mes pasado.
A la pregunta de qué le hizo dimitir, Medina responde que «la violencia y la agresiva represión contra los estudiantes” fue el detonante.
Además, para el diplomático es «completamente incoherente» que Venezuela forme parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU al tiempo que viola los derechos humanos, y que presida el comité de descolonización del organismo «sin permitir siquiera la autodeterminación de su propio pueblo”.
«El estado de derecho es muy importante, y por eso necesitamos recuperarlo”, dijo.
Medina señaló que quiso esperar a después de la conferencia de los océanos, y a conseguir un pasaporte, para dimitir.
Obtener un pasaporte le resultó “muy difícil”, explicó, pero fue clave porque no quería convertirse en un apátrida cuando dejase su cargo.
Medina apuntó que firmó su renuncia y grabó un video el jueves, y más tarde se enteró de que el embajador de Caracas ante la ONU, Rafael Ramírez, tuiteó que había sido despedido por actuar de forma deshonesta.
«Respeto su opinión pero me hace gracia», dijo Medina. «¿Cómo me puede despedir después de que renuncié? Supongo que es su elección. Realmente no me importa”.