La noche de este domingo 16 de julio, recibí algunos mensajes y llamadas de familiares y amigos que me manifestaban preocupación y hasta desencanto por los resultados electorales de ese día. Está bien siete millones doscientos mil participantes en la jornada, me decían, pero esperábamos más. El gentío en la calle era muy grande, “era todo el mundo” me dijo un amigo. Confieso que en un momento determinado también yo sentí un cierto desencanto,cuando en realidad el acto electoral de ese día debe producirnos mucha alegría y esperanza. Hay una tendencia muy humana a quejarse y lamentarse, que el gobierno y los invasores cubanos, han sabido manejar muy bien. Debemos darle un sentido positivo a los desalientos y animarnos a continuar, el desaliento puede ser peligroso porque nos paraliza y deprime. Tenemos hoy muchas razones para estar alegres y optimistas. Dejemos la quejadera.
Ante las quejas del domingo en la noche, recordé y comprendí inmediatamente, el aviso que el Santo Padre Francisco ordenó colocar en la puerta de su despacho, escrito en italiano por supuesto, “Vietato lamentarsi”, que significa prohibido quejarse o lamentarse. Me imagino la cantidad de quejas que el Papa oye a diario, cuando recibe dignatarios, religiosos, personal de la Curia Romana, personas comunes de cualquier profesión u oficio y no hablemos de quienes de verdad sufren males serios como enfermos, personas sin recursos y abandonadas, todo lo cual convierte al Papa en una especie de paño de lágrimas universal, que lo debe ser, pero que puede convertir su vida en un insoportable calvario, con un peso abrumador. Estamos llamados a ver las cosas con la perspectiva de los hijos de Dios, sin fatalismos, sin dejarnos llevar por un negativismo estéril. Tiene razón Francisco, prohibido quejarse, lo cual no es visión simplista de la vida y sus problemas, sino confianza en Dios y en las propias fuerzas humanas que cada quien debe potenciar.
La jornada del 16 de julio en Venezuela fue extraordinaria. Es la mayor rebelión cívica que se conozca en la historia de Venezuela y quizás del mundo. Venezuela se ha parado frente a un régimen malvado, mentiroso y corrupto, y le ha dicho basta, no lo queremos más y se lo ha dicho de la manera más civilizada posible, pacífica y democráticamente, anhelando libertad. Ese solo hecho es ya un logro inmenso. Pero además, lo ha hecho soportando condiciones muy adversas. El plebiscito del 16-J lo organizó e implementó,en apenas 15 días,la sociedad civil, sin apoyo del Estado, al contrario, obstaculizándolo todo. Sin publicidad, el gobierno amenazó a los medios privados de cerrarlos si transmitían noticias del evento y fuimos a ese acto sin los recursos económicos para los gastos que ello comporta. Hubo también las tradicionales amenazas a empleados públicos y beneficiarios de misiones y hubo violencia, una venezolana inocente fue asesinada por los colectivos armados del régimen. Maduro debería renunciar a su propuesta constituyente si tuviera talante democrático. La Consulta Popular lo obliga.