Hace días las representaciones de distintas academias del país expresaron su descontento por la intervención realizada por el Consejo Nacional de Universidades (CNU), al haber designado a Luis Holder como nuevo vicerrector académico para la Universidad Simón Bolívar (USB) a pesar de que este apenas cumplía con los requisitos mínimos, siendo profesor, teniendo titularidad y siendo doctor; no tiene más que la investigación presentada para su doctorado y fue tutor de solo un trabajo de grado; según expuso el rector de la institución, Enrique Planchart.
La denuncia atañe el hecho de que la generalidad que existe en las universidades, regidas por el principio de la democracia, es precisamente el hecho de que los candidatos a ocupar los cargos directivos son personas que han hecho vida durante un período respetable dentro de la academia a la que podría designarse; por lo que llamó poderosamente la atención el hecho de que en esta oportunidad no fue así, a pesar de contar con dos propuestas de parte de la USB que contaban con los perfiles necesarios para ocupar un cargo como el de vicerrector académico, persona cuya labor se dirige tanto al profesorado como al estudiantado, dos poblaciones que suelen ser irreverentes, especialmente a la hora de rechazar imposiciones.
Con asombro se vio el hecho de que el ministro Hugbel Roa hiciera llamado extraordinario a CNU, puesto que dicho encuentro ha sido suspendido desde el mes de mayo, reuniéndose únicamente con intenciones de hablar sobre la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), según indicó Rita Añez, rectora de la Universidad Nacional Experimental Politécnica (Unexpo).
La rectora se preguntó la razón por la cual el ministro decidió imponer a una persona externa que no cumple sino con el “ABC” de lo que se pide, mientras hay otras personas capacitadas con conocimiento en el área a tratar, respetados dentro de la USB en donde han permanecido durante años; mientras que Holder apenas se mantuvo tres meses dando clases en dicha casa de estudio y se ha desarrollado como docente en la parte militar, no civil.
“Cuando se hizo un llamado tan abrupto al CNU ya se sabía que algo malo se venía. Era una posibilidad que algunos consideraban, pero que muchos no creíamos, ya que era algo que no había pasado”, dijo Añez.
A su criterio, un actor externo puede ser considerado si en la academia no se cuenta con alguien que tenga las capacidades de llevar el cargo, pero no fue el caso; de manera que indicó que pareciera que el ministerio apuesta más por una ideología, que por una educación de calidad.
Recordó que el hecho de ocupar un cargo como el de vicerrector académico, de una universidad como lo es la Simón Bolívar, significa una gran responsabilidad que amerita el reconocimiento de las personas con las que se va a tratar, cosa que es difícil de recibir de un momento a otro cuando se es ajeno a la casa de estudio.
“En un momento como el que se vive en el país se le pidió al ministro que escuchara y creímos que lo iba a hacer. El rector Planchart fue una persona sumamente respetuosa al hacer la solicitud y no se hizo en base a caprichos, sino con argumentos”, aseguró.
Detalló además que Roa en vez de tomar en cuenta y considerar lo dicho por la mayor autoridad de la USB decidió simplemente omitir lo dicho y continuar con la decisión.
Para Añez no se trata de que gane una ideología política, sino el propio ministro al hacer lo correspondiente y por supuesto, la universidad, al tener a una persona verdaderamente preparada para ejercer el cargo.
La rectora reconoció que el CNU cuenta con una gran presencia de autoridades cuya ideología va dirigida a la del Gobierno, pero a su criterio era necesario respetar la autonomía y la trayectoria de la USB, puesto que no se trata de cualquier universidad, sino de una de las más importantes del país.
“En la academia se promulga la libertad de pensamiento, por lo que el problema no es la tendencia política. Si existe un lugar en donde hay un encuentro de diferentes visiones es precisamente en las universidades. Para ser autoridad en una institución se debe tener además una gran credibilidad, honestidad”.
Alguno de los problemas que podrían presentarse es precisamente el hecho de Holder se mantuvo como docente en una universidad militar, en donde se está acostumbrado a tener un rango, mientras que en las instituciones educativas suelen guiarse por la horizontalidad; según indicó Añez.
Para esta y otras autoridades, esta acción puede considerarse como un preaviso de lo que sucedería en caso de llevarse a cabo la Asamblea Nacional Constituyente propuesta por el Gobierno. “Se está generando un precedente, pero esperamos que no sea esta la verdadera intención del Ejecutivo. Apostamos a que el ministro entienda y recuerde la tradición democrática que se tiene en las casas de estudio, en donde las personas están acostumbradas a participar”.
Añez no duda en ver el proceso planteado como una amenaza y un irrespeto a la Carta Magna del país, en donde incluso está contemplada la autonomía que tienen las academias, insistió que el problema que se tiene no es la Constitución y por ende, no debe ser modificada, sino que debe respetarse.
“Hemos escuchado a voceros del Gobierno decir que lo primero que se atacará será la autonomía universitaria, esto no puede ser”, indicó la rectora quien además recordó que de parte de las diferentes representaciones de las universidades del país han presentado ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) diferentes querellas con la intención de evitar precisamente que se lleve a cabo el proceso de Constituyente el próximo 30 de julio.
“Verdaderamente tenemos fe en que esto, acompañado de la consulta popular, puede generar algo positivo e impida que se imponga la modificación a nuestra Carta Magna”, aseguró Añez. Siguiendo precisamente las características que anteriormente mencionó, como lo es la pluralidad de pensamiento, la rectora espera que sea posible sentarse con figuras del Gobierno, con la finalidad de argumentar al respecto y dar a conocer el punto de vista que tiene una parte considerable de la población venezolana.