Mañana domingo 16 votaré en la consulta popular, el plebiscito ciudadano convocado por la Mesa de la Unidad Democrática y una representación muy importante de la sociedad civil.
Esa es la primera razón para ir al punto más cercano a mi centro de votación, para dejar constancia de mi posición. Los convocantes tienen para mí, toda la legitimidad para invitarme a participar. Por un lado, está la Mesa de la Unidad Democrática, que no solo es la conducción política de esta lucha tan justa como desigual que libra el pueblo venezolano, sino la única política nacional alternativa a este presente decadente y empobrecedor que cada día más tiene cara de pasado. Y no está sola. Como tanto le piden muchos, la MUD promueve este acto tan significativo de esta etapa crucial, junto a la sociedad civil, cuyos voceros más reconocidos se han manifestado en el mismo sentido, y escogido para encabezar el proceso y dar credibilidad a su desarrollo y sus resultados, a los rectores de las universidades con mejor posibilidad de reunirse y trabajar juntos, el de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) Virtuoso, que lo preside, las rectoras de las universidades Central de Venezuela (UCV) y Carabobo (UC) Cecilia García-Arocha y Jessy Divo, y los titulares de las universidades Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) y Metropolitana (Unimet, respectivamente ) López Sayago y Scharifker
Voto porque soy demócrata y por eso creo en el voto, y porque el proyecto dictatorial que se nos quiere imponer desde el poder pretende desconocerlo y anularlo. Empezaron burlándose de nuestro voto para alcaldes y gobernadores, creando ilegítimos gobiernos paralelos o menoscabando su autoridad y posibilidades de gestión, llegando al colmo con el Alcalde Metropolitano de Caracas, cuyo cargo vaciaron y, no conformes con eso, mantienen preso sin juicio.
El desprecio al voto que es desprecio al ciudadano, adquirió gravedad extrema, nacional e internacionalmente reconocida, con el golpe continuado contra la Asamblea Nacional que elegimos, y busca completar su faena incivil al inventar una llamada constituyente en fraude a la Constitución, pretendiendo instaurar una votación que niega el derecho democrático a decidir por mayoría y propone un modelo regresivo de neta inspiración fascista.
Voto porque no pierdo esta oportunidad de decir junto a millones que quiero un cambio. Que este país no está condenado a las colas, la escasez, la violencia, la inseguridad, la corrupción. Que no es verdad que la única velocidad del formidable motor de este gran país no es el retroceso.
Voto porque creo que esta protesta cívica, pacífica, puede ser más fuerte y poderosa que todas las marchas y protestas legítimas que la ciudadanía ha protagonizado en estos meses y en estos años y que ahora reflejan el río crecido de las mayorías..
Voto porque se lo debo a los jóvenes. A mis hijos, a mi nieta, y a todos esos valientes que se la han jugado por el futuro libre, justo y próspero de esta patria querida.
