El ciclista tachirense Jonathan Salinas encontró en el colombiano Mario Alberto Rojas un aliado ideal para unir esfuerzos y montar una productiva escapada en los kilómetros finales, suficiente para fabricar una diferencia superior al medio minuto y estirar su ventaja en el liderato de la clasificación general correspondiente al Tour de Martinica, al cumplirse la quinta etapa del evento, sobre distancia de 112 kilómetros y en terreno quebrado, aunque sin exigencias montañosas de enorme dificultad.
Rojas y Salinas llegaron uno-dos en el sitio de meta, el cafetero con la satisfacción de haberse anotado la conquista parcial y el criollo con el deber cumplido de afianzar su posición al frente del casillero general. Quizás se trató de un “pacto” en propia carretera, una especie de “gesto de campeón” de Salinas con Rojas por haberle colaborado en ese tramo final del trayecto.
El colombiano firmó el triunfo de etapa con tiempo de 3 horas, 3 minutos y 3 segundos, el mismo crono con el cual el oriundo de Rubio pasó la línea final, mientras que otros dos corredores arribaron a diferencia de 31 segundos. La noticia del día fue el retraso de Sylvestre Yolan, campeón defensor de la prueba y principal rival de Salinas, quien cruzó con déficit de 33 segundos y perdió terreno con el venezolano en la clasificación principal.
Fue un segundo golpe seguido de Salinas en contra de Yolan, a quien el día previo desbancó del liderato con su categórico desempeño en la llamada porción reina, llena de obstáculos montañosos, para alimentar el sueño de levantar un trofeo que registra un único festejo criollo, aquel que logró Hussein Monsalve en la edición de 1999.
El margen de Salinas con respecto al local -38 segundos- no es definitivo, pero vistas las condiciones del último campeón de la Vuelta al Táchira parece tarea difícil apartarlo de la cima, salvo que el PP, equipo al que refuerza en aquella isla francesa, no pueda controlar en las jornadas restantes -restan cinco- y entonces pierda opciones.
Por lo pronto, este jueves va a una sexta fracción que parece un trámite, con 125 kilómetros en el camino que marcan un inicio con ligero terreno montañoso y cierre en superficie plana.
