Los camposantos municipales en Iribarren continúan siendo víctimas del vandalismo. El espacio donde está prevista la construcción de un cementerio a cielo abierto permanece carente de ley. En el cementerio Bella Vista -considerado patrimonio cultural del estado Lara, donde reposan los restos importantes para la historia de la entidad- lo que principalmente se nota al momento de ingresar a sus instalaciones es que la entrada es todo lo contrario a un espacio ordenado, donde los ciudadanos pueden visitar y rezarle a sus familiares difuntos.
Anterior al umbral del camposanto, el pavimento se convirtió en un gran vertedero de basura. El césped sobrepasa los más de dos metros de altura, y el sitio evidentemente se convirtió en una guarida de vagabundos. El abandono reina en el lugar que preserva objetos sacramentales y monumentos.
Al menos 25 tumbas fueron violentadas este fin de semana en el camposanto. Ángel Rivas, director suplente del cementerio, informó que la práctica había cesado hace aproximadamente tres meses, luego de que la policía estadal aprehendiera a los delincuentes. Sin embargo, Rivas indicó que él presume que los criminales “pagan vacuna” por su liberación puesto que los violentadores de tumbas fueron puestos en libertad y regresaron a hacer de las suyas.
Por su proceder, Rivas presume que los malhechores actúan en la madrugada. Trepan la entrada principal del camposanto e ingresan a dañar las tumbas. No todas son profanadas. Algunas les roban las planchas de mármol y se presume que lo hacen para venderlas como láminas de mármol para cocinas. Y es curioso el hecho de que las piezas son cortadas en trozos, y escondidas. “Pareciera que los ladrones se van llevando la plancha por partes; pican la pieza, las esconden entre la maleza y cada día se llevan un pedazo”, expresó Rivas, quien igualmente destacó que han sido dañados panteones que datan de 1930.
Es importante destacar que el vandalismo también es un hecho evidente dentro del cementerio. Restos de los mausoleos se observan por doquier, es una escena dantesca el ver cÓmo algunas tumbas fueron dañadas al parecer solo por gusto; y como piezas de artes fabricadas en mármol y piedra caliza que ya se encontraban resquebrajadas por la antigüedad, fueron destrozadas y mutiladas. Cualquier material pareciera serles de utilidad a estos delincuentes. Los vitrales de la cripta de la familia Álamo Dávila, fueron robados; al igual que los tubos de aluminio que forman parte del ornato del mausoleo de la familia Yépez Gil Oropeza.
Un representante de la Fototeca de Barquisimeto, el especialista en fotografía Carlos Eduardo López, manifestó que ha investigado el tema, puesto que tiene familiares allí enterrados. Él personalmente ha sufrido los rigores de la inseguridad y le preocupa la situación de abandono del cementerio.
Según dijo López, mantuvo conversaciones con el director de la Policía Municipal de Iribarren, Héctor Medina, quien le comentó que los funcionarios han detenido a las personas acusadas por profanar y dañar panteones y monumentos, y que este año al menos han aprehendido a seis personas “in fraganti”; sin embargo, por la ausencia en tribunales de los familiares a quienes les pertenecen las tumbas robadas, los acusados son liberados.
Por ello, en opinión de López -a quien le fueron violentadas las tumbas de su padre y abuelo este fin de semana- uno de los grandes problemas que sufren los cementerios es el olvido de sus deudores. “Ni la alcaldía ni lAs organizaciones en materia de prevención se han encargado de atender la memoria cultural y se escudan en el caos económico, aunque es una situación que se remonta desde tiempos inmemorables (…) Sin embargo, la sociedad civil difícilmente puede exigir una labor por la cual ni siquiera está haciendo algo; la sensibilización no debe ser solo de los gobernantes sino de los sectores populares”.