El alemán Marcel Kittel (Quick Step) confirmó ser el esprinter más en forma del Tour de Francia, con su tercera victoria parcial, en la séptima etapa, aunque fue necesario recurrir a la foto-finish para declararlo vencedor.
Emulando al Ojo de Halcón en tenis y al Videoarbitraje (VAR) en fútbol, el Tour también hizo un guiño al suspenso, con una espera para saber el nombre del vencedor.
Kittel superó por milímetros, en tiempo fueron exactamente tres diezmilésimas, según los cronometradores, al noruego Edvald Boasson Hagen, que fue segundo en la etapa, por lo que el jurado tuvo que estudiar las imágenes para declarar el ganador.
La jornada no ofrecía riesgos para el líder británico Chris Froome, que conservó el maillot amarillo de primer clasificado del Tour. Kittel desposeyó además con su tercera victoria, segunda consecutiva, al francés Arnaud Démare de su ‘maillot’ verde de la clasificación por puntos. Detrás de Kittel y Boasson Hagen, fue tercero en la meta el australiano Michael Matthews.
En una larga jornada de 213,5 km, entre Troyes y Nuits Saint Georges, Kittel sumó la duodécima victoria en su palmarés del Tour, igualando a su compatriota Erik Zabel, como los dos alemanes con mayor número de triunfos.
Tras dos etapas largas, de más de 200 km, resueltas al esprint y ganadas ambas por Kittel, el Tour vuelve sábado y domingo a las etapas de montaña, en el Macizo del Jura, sobre todo el segundo día, con tres puertos de categoría especial.