Para evitar el cierre de la entrada y salida de Barquisimeto por el lado este, específicamente, por el Parque El Cardenalito y, a su vez, de las calles de la urbanización Los Cardones, ayer por la tarde, acudió a esa zona un grupo de funcionarios del cuerpo de Policía Regional y, aunque en principio se mantuvieron expectantes, al cabo de una hora comenzaron a amedrentar a los vecinos y, luego, a disparar perdigones contra los manifestantes.
Un ciudadano salió pasadas las 2.00 de la tarde para respaldar el bloqueo de la vía como forma de protesta. Minutos después, relató, se le acercaron seis funcionarios de Polilara con intenciones de hacerlo abandonar la calle. A ellos les mostró sus instrumentos de protesta: una cucharilla y un trozo de metal para hacer ruido. No lo agredieron, pero sí presentaron una conducta amenazante contra él y otros habitantes de la zona que observaban. Mostraron lacrimógenas, pero no las lanzaron, comentó otra habitante del sector.
Más tarde, un puñado de residentes de residencias Tumeremo extendió frente al Paseo Las Flores una pancarta con un mensaje para invitar a los conductores a no ser indiferentes a las acciones de calle puestas en marcha por los venezolanos con deseos de cambios en el país. Pero la iniciativa duró poco por la impetuosa llegada de más de 20 motos ocupadas cada una por dos uniformados de Polilara que se dirigieron enseguida hacia los edificios de Los Cardones, donde estaban los protestantes encapuchados, para disparar ráfagas de perdigones.
Cuando esto sucedía entre tres y cuatro policías se cambiaron el uniforme, se cubrieron el rostro y se separaron de la comisión de Polilara, según observó un vecino desde uno de los edificios de la zona.
La embestida con motorizados la repitieron minutos más tarde, pero con menos funcionarios. Y esta vez los manifestantes salieron a su paso y lanzaron piedras. De modo que los policías salieron velozmente por el Paseo Las Flores con dirección a la avenida Los Leones.
Mientras duró el enfrentamiento, entre unos cinco motorizados de Polilara abordaron a un mototaxista que pasó por Los Cardones, donde dejó un pasajero. Al ver que había dejado a una persona frente a los edificios lo siguieron hasta alcanzarlo en el semáforo de la avenida Los Leones, le pidieron que bajara del vehículo de dos ruedas y después lo dejaron ir.
En torno a las 4.00 de la tarde, partieron los dos camiones de Polilara junto con los efectivos que se habían ordenado como una barrera y entre los árboles con el equipo antidisturbios desde las primeras horas de la tarde, en el Parque El Cardenalito.
La represión dejó cinco manifestantes heridos leves por perdigón.
Cuando concluyó la represión, sobrevoló un helicóptero de apariencia militar.
Cicpc intervino
Aproximadamente media hora después de haberse retirado la comisión de la policía estadal de El Cardenalito, llegaron tres vehículos y dos motos de la Brigada de Acciones Especiales (BAE) del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Unos 20 funcionarios con chalecos y armas, al mando del comisario Ilich Estévez, caminaron hacia los edificios de Los Cardones. Pidieron hablar con los jóvenes manifestantes y estos accedieron con cautela.
“No quiero que lancen nada”, advertía uno de los muchachos a sus compañeros cuando se acercaban a los funcionarios. “Todos al frente, todos al frente”, gritaba otro y la mayoría obedeció. Con las manos alzadas se pararon frente a los detectives. Durante el diálogo breve los efectivos explicaron que habían ido hasta allí para verificar si en el sitio había casquillos, pues recibieron denuncias de que durante el enfrentamiento con Polilara hubo disparos con arma de fuego.
La BAE no practicó ninguna detención. Tampoco hubo agresión de ninguna de las partes.
Al finalizar el corto diálogo los manifestantes aplaudieron y se retiraron.
Pese a que el encuentro entre funcionarios del cuerpo detectivesco y manifestantes había transcurrido sin violencia, los vecinos consideraron sospechosa la presencia del Cicpc.
Una mujer salió de Los Cardones y con firmeza se dirigió a los funcionarios: “Si van a matar, mátenme a mí. Aquí me tienen, me entrego” dijo en voz alta y con los brazos alzados en forma de cruz. Después, declaró a EL IMPULSO la razón por la cual había decidido encarar a los funcionarios: “Estoy decepcionada de que todos los organismos cuando salen es para matar”. Como madre, añadió, no le importa dejar su vida a cambio de la de los jóvenes que encabezan la lucha.
Pronto, se sumaron otros habitantes de la zona para vigilar que no arremetieran contra los jóvenes. Si buscaban casquillos, opinaron algunos, debieron haber inspeccionado en el área donde estaba Polilara. Otra mujer vituperó: “No podemos confiar. Ellos son Gobierno”.