El Cardenalito del Oeste, ni siquiera porque cuenta con un busto gigante del Libertador Simón Bolívar, y fue construido para que el visitante procedente del Occidente del país encontrara una buena imagen a su llegada a Barquisimeto, está representando lo contrario, debido a que desde la Alcaldía de Iribarren lo dejaron hace tiempo sin mantenimiento alguno.
Para comenzar, las áreas verdes ahora son grises por la sequedad, pues los sistemas de riego desaparecieron y nadie se preocupa por regar las plantas ornamentales allí sembradas para la inauguración.
“Este parque lo dejaron perder hace tiempo; las maticas se secaron porque no las regaban, las lámparas, o se las robaron o se quemaron por lo que de noche es mejor no acudir a contemplar las estrellas o disfrutar del fresco que sopla por aquí”, dijo una mujer mientras lo cruzaba a toda prisa.
En realidad, en el parque Cardenalito del Oeste lo que se observa es abandono pleno, lo que ha obligado a los vecinos que acudían a reunirse en el espacio en las tardes o los fines de semana, a desistir de ese esparcimiento del oeste de la ciudad.
Hace algún tiempo desde la Alcaldía dieron muestras de estar interesados en su recuperación, pero todo quedó en la promesa con fines electoreros porque, incluso, el puesto del Cuerpo de Bomberos que allí fue instalado desapareció al poco tiempo.
Ante el poco interés que las autoridades municipales dan al lugar, una iglesia evangélica, con el pretexto de estar preocupados por su recuperación, le han hecho un “cariñito”, pero, aparentemente los recursos solamente le han alcanzado para pintar letreros en algunas áreas, en especial el anfiteatro donde los fines de semana celebran sus cultos.
Los vecinos de la zona piden al alcalde Ramos gire instrucciones para la recuperación del espacio y recuerde que los votos no están sólo cerca del Cardenalito del Este.