Reflexión – Libertad vs. Libertad

“¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!” Isa. 5:20
La reflexión de hoy en el marco de la celebración del 5 de Julio, quise encabezarla con este verso bíblico porque es terrible y lapidario. Se debe a que lleva un ¡ay!. Y cuando Dios usa un ¡ay! en sus amonestaciones, es para meditar y cambiar, porque lo que viene es “candela pura”, para el rebelde. Agrega: “Y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes”. Mat. 13:42. ¿Qué tal?
El profeta inspirado por El Eterno estaba mostrando una conducta propia del hombre 600 años aproximadamente antes de la primera venida de Jesús. Hoy, sigue vigente esa triste actitud. Y es que, cuando asistimos a una fecha como esta, las pasiones se exacerban entre las facciones políticas de turno para ver quien expone con mejores razones su propio concepto de Libertad.
A pesar ser un apasionado de la historia. Profesor de aula por 27 años. Creo que la verdadera Libertad no se puede medir a través de filosofías, ideologías o conceptos históricos, por cuanto llevan implícitos la pasión particular de quien escribe. Su influencia intelectual personal no los deja ser verdaderamente objetivos. No hay equilibrio. Todos se abrogan la razón y el derecho de imponer su propio concepto.
Por ejemplo. Los grupos políticos que gobernaron en el pasado arguyen con razones propias, que combatieron las tendencias políticas comunistas-socialistas porque amenazaban la libertad del comercio, del capital y atentaban contra la propiedad privada. Los de ahora, se abrogan el derecho de presentar la “verdadera Libertad” como una conquista que beneficia la propiedad colectiva y acusan a los otros de robar la Libertad de los más pobres. Pero los hechos, también como ayer, demuestran lo contrario.
Cada día el Yo del hombre fuerza más para imponer su criterio y los cristianos no escapan a ello, tal como sucedió en los tiempos de Isaías. Por eso, Dios sigue alertando con ese ¡ay!. Es el mismo ¡ay! de dolor.
Trágicamente justificamos la muerte de cualquier inocente para poder conquistar o seguir detentando el poder. Hemos traspasado la frontera donde nos detenía el Espíritu Santo y ahora “lo malo nos parece bueno” y “lo bueno nos parece malo”. No importa quién muera y como muera, preso o en las calles protestando si eso nos ayuda a seguir en el poder o a conquistarlo rápido. Maquiavelo sustituyó a Cristo en la mente del cristiano. La ley, es la “fémina” mas manoseada y violada por los “grandes” defensores de la “Libertad”. Y al cristiano, por la pasión, repito, se les ha nublado el entendimiento divino. ¡Caímos en la trampa del enemigo! ¿Qué dirá nuestro Señor Jesucristo sobre esta actitud? Seguro saldrá algún “erudito”, justificando lo injustificable con una respuesta bíblica.
“Aquel que persistentemente resiste las advertencias que en su misericordia Dios envía, finalmente albergará pensamientos tan perversos, que ya no podrá distinguir más entre el bien y el mal. Sinceramente piensa que lo bueno es malo, y lo malo es bueno. Cuando la perversidad llega a este punto, el castigo no puede demorar. Sabios en sus propios ojos.
Confiados en que saben más que Dios, estos perversos impenitentes «se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido» Rom. 1: 21. Comentario Bíblico Adventista. ¡Uy! ¿Cómo les parece? ¡Hasta el martes Dios mediante. Próximo: Optimismo y Esperanza.
William Amaro Gutiérrez
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