El próximo domingo 30 de julio, puede ser una fecha trágica para Venezuela y sus ciudadanos, porque el país podría perder los últimos vestigios de democracia que aún quedan y sin duda alguna se acrecentaría la violencia entre la oposición y el gobierno.
Dicho pronunciamiento fue realizado por el expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Pedro Nikken, quien aseguró que los pilares de la revolución bolivariana hoy en día se encuentran colapsados y el gobierno se pone al margen de la Constitución para mantenerse en el poder.
“La Asamblea Nacional Constituyente es un enorme disparate político y consideramos que el Gobierno se ha metido en un gran lío, debido a que la mayoría de los ciudadanos no está de acuerdo con esta iniciativa. Sin duda alguna el Gobierno invita al país a confrontarse y lamentablemente las condiciones están dadas para ello”, sentenció.
Las declaraciones fueron ofrecidas por el también abogado y defensor de derechos humanos, en un foro realizado por la ONG, Espacio Público, donde alertó que la situación socioeconómica en Venezuela es “explosiva y brutal” y esto podría tener consecuencias muy graves.
“Vamos por el camino de un 31 de febrero, es decir un 27 de febrero y un 4 de febrero juntos. Por eso el llamado es a todos los actores políticos y de la sociedad en general para que se logren acuerdos que impidan una guerra civil en Venezuela. La mejor explicación para esta situación es que podría ocurrir un choque de trenes, pero nadie hace nada para evitarlo”, opinó.
Sostuvo que en Venezuela hoy en día existe una rebelión civil contra Nicolás Maduro, ya que el Gobierno se encargó de cerrar todos los caminos institucionales para resolver los problemas políticos, sociales y económicos que padecen diariamente los ciudadanos.
“La violencia no sirve para resolver los problemas políticos, por eso es necesario un acuerdo entre las partes, tal como sucedió en Chile o en El Salvador donde hubo una guerra civil que tuvo consecuencias nefastas para ese país y miles de muertos. En Venezuela no podemos llegar a eso”, dijo.
En este sentido, indicó que “negociar no es capitular”, por lo que sugiere que antes del 30 de julio, representantes de la oposición, el gobierno y algunos sectores que sirvan como mediadores, concreten algún tipo de acuerdo que permita bajar la tensión que hoy en día existe en el país y que es consecuencia de 18 años de polarización.
“Es imperdonable no llegar a un acuerdo para evitar una guerra civil en Venezuela. Estamos conscientes que una negociación como la de octubre de 2016 no es conveniente, sin embargo, debemos dejar a un lado la diplomacia de micrófono y concretar encuentros sinceros y honestos entre los distintos sectores de la sociedad que permitan una salida a esta profunda crisis. Lo que uno percibe es una lucha a muerte. O eres tú o soy yo. Cada una de las partes necesita derrotar a la otra absolutamente. Sin embargo, esa no es Venezuela”, sostuvo.
Nikken hizo un llamado al Gobierno nacional para que retire de manera inmediata la propuesta de activar una Asamblea Nacional Constituyente y además exigió el cese inmediato de la represión en el país, “ya que la violación de derechos humanos es un delito que no prescribe y sobre todo es un delito que la gente no olvida”.
