La regla de oro ante cualquier dolencia o síntoma que pueda aquejarnos, es visitar a nuestro médico de cabecera, automedicarse o dar por entendido el significado de una afección es un acto irresponsable que podríamos lamentar
Antes de conocer los posibles significados de lo que nuestro cuerpo puede decirnos a través de distintas dolencias, debemos saber que existe un síndrome llamado fibromialgia: consiste en un dolor prolongado, relacionado con depresión, problemas de sueño, dolores de cabeza, fatiga y ansiedad. De igual manera, sensibilidad en las articulaciones, músculos y tendones pueden ser señales que debamos tener en cuenta.
¿Te está hablando? ¿Quieres comprender lo que dice? A continuación, te diremos algunas manifestaciones de lo que llamamos “dolores emocionales” y la forma en la que puedes aliviar los gritos ahogados de tu cuerpo…
Cabeza
Es la parte del cuerpo que conserva uno de nuestros órganos más importantes, el cerebro. El malestar en esta zona puede estar relacionado con la forma en la que nos sentimos con nosotros mismos. Las migrañas o jaquecas, a nivel emocional, se relacionan con el perfeccionismo y la presión que ejercemos sobre nuestro ser, por ejemplo: cuando sabemos que tenemos una decisión importante que tomar y no queremos equivocarnos, se juega una batalla interna que nos puede ocasionar dolores de cabeza de forma inmediata.
No debemos desesperarnos, recordemos que somos humanos y errar es algo natural, lo importante es centrarse en el aprendizaje de cada situación.
Cuello
Según estudios, en esta área es donde se almacena la culpa y la recriminación. El dolor allí, puede estar indicando que existen dificultades internas que no nos dejan perdonar a otros, la inflexibilidad y terquedad también se reflejan en este punto. Es momento de reflexionar sobre las cosas que nos gustan de quienes nos rodean, hacer a un lado los problemas y aprender a perdonar.
Si sentimos que necesitamos desahogarnos, debemos hacerlo, quedarnos callados solo puede agravar el malestar, recordemos que una carga compartida disminuye el peso y si actuamos en positivo las situaciones pueden cambiar.
Espalda
Representa el soporte de la vida. Dicen que “nadie es isla” y quizá los dolores de espalda reflejen la necesidad de apoyo que tenemos, debemos acercarnos a nuestros familiares, amigos y seres queridos, pedir ayuda no es sinónimo de debilidad, al contrario es una forma de demostrarle a la vida que seguimos siendo valientes para asumir nuevos retos. Los dolores en la espalda se dividen en tres zonas:
Alta: Pueden indicarnos que estamos faltos de afecto.
Media: Aquí se refleja el anclaje al pasado, ¡es hora de olvidar!
Baja: Preocupaciones monetarias, el estrés por problemas financieros suele centrarse en esta zona del cuerpo.
Codos
Se relacionan con los cambios de dirección y la aceptación de nuevas experiencias. Resistirnos a los escenarios desconocidos, es un error que solemos cometer, quizá el miedo tenga que ver con ello, pero debemos aprender a soltar y dejarnos llevar por la ola. Esta molestia es más que un dolor, se trata de una rigidez, pudiendo asociarse con problemas en las articulaciones. Recordemos, que la visita periódica, o cuando se observen cambios irregulares, al médico es nuestra mejor opción para un diagnóstico.
Ejecutar ideas, salir con amigos y animarnos a dar el siguiente paso, quizá es el cambio que estamos necesitando.
Rodillas
Emocionalmente, estos dolores van ligados con el orgullo, el agotamiento y la dificultad para doblegarse ante cualquier circunstancia. Asimismo, esta zona simboliza nuestras relaciones con el entorno. El interior de las rodillas se relaciona con la sociedad, el campo laboral y las amistades, mientras que, la parte externa tiene que ver con los problemas personales. El ego juega un papel fundamental, pues es lo que muchas veces no nos permite ver nuestros errores y nos empuja a señalar los de los demás.
Debemos evitar que los sentimientos egoístas dominen nuestro día a día, reconocer las virtudes o logros de terceros puede ser un buen ejercicio para sanar nuestras emociones.
Tobillos
Aunque suene raro, en esta parte del cuerpo se centra nuestra capacidad de complacernos y el sentimiento de culpa. El malestar podría estarnos diciendo que nuestro cuerpo necesita relajarse, dejar los pensamientos negativos a un lado y permitirnos un instante para disfrutar del ser y el estar, ¡es tiempo de darle más color a nuestra vida! O quizá, pueda ser un buen momento para dejarnos fluir y preocuparnos únicamente por sentirnos bien, de esta manera, podremos notar si la sensación de dolor disminuye.