Una tarjeta de crédito es un medio de pago, una herramienta de financiación que los bancos otorgan a sus clientes para adquirir bienes y servicios, quienes a su vez se comprometen a asumir la obligación de devolver el importe y pagar intereses, comisiones y gastos, si se producen.
El buen uso de las tarjetas es total responsabilidad del titular de la misma y de ello dependerán sus referencias futuras. En cuanto a cuáles son los criterios para otorgar este beneficio, Ernesto Díaz, vicepresidente de Medios de Pago de Banplus Banco Universal explica que “cada banco fija sus políticas según los distintos controles de riesgo, tomando en consideración los ingresos que devenga el solicitante y su historial crediticio, además de los recaudos habituales como una constancia de trabajo, comprobantes de los movimientos bancarios de los últimos tres meses y, en algunos casos, una certificación de ingreso”.
Hay diversidad de instrumentos para todos los perfiles, estos asociados a las principales franquicias mundiales de tarjetas: MasterCard y Visa. Generalmente, los bancos ofrecen ambas marcas en distintas modalidades según el nivel de transacciones de la persona, así pueden haber Clásicas, Doradas, Platinum, Infinite y Black, que difieren estratégicamente en el abanico de beneficios que brindan a los usuarios y en el límite de crédito.
Para el adecuado uso de estas herramientas, el vicepresidente Díaz de Banplus comenta que “la mejor práctica es no atrasarse con los pagos, porque mantener un buen récord ayuda a una saludable relación, no solo con el Banco emisor también con el resto de los miembros del Sistema Financiero Nacional, por lo que hay que planificar bien las cuentas.