Siendo administrador de la Diócesis de Guayana es designado Obispo de la Diócesis de Barquisimeto, en sustitución de Monseñor Enrique María Dubuc (Betijoque 1889-Madrid 1926), quien desde 1926 se desempeñaba como Obispo y había renunciado al cargo. El 30 de noviembre de 1949, en la Catedral de Caracas tuvo lugar el acto Apostólico que lo consagró como quinto Obispo de nuestra Diócesis.
Benítez Fonturvel nació en Porlamar, estado Nueva Esparta el 25 de abril de 1905, lugar donde realizó sus primeros estudios en la Escuela del maestro José Joaquín de León y concluiría en el Colegio Francés de Caracas, de allí ingresa al Seminario Interdiocesano, para luego viajar a Roma donde realizaría estudios de Derecho canónico en la Universidad Pontífica Lateranense, los cuales revalida en la UCV en 1939.
Regresa a Nueva Esparta, donde ejerce el apostolado como Párroco de Paraguaná, Juangriego y Santa Ana. Es trasladado a Caracas donde se desempeña como Teniente Cura de la Parroquia de Santa Teresa y Párroco de la Catedral de Caracas; Canciller de la Curia Arzobispal y Promotor de Justicia del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis. En 1944 fue Senador por el estado Nueva Esparta en el Congreso Nacional.
En 1949, a la edad 44 llega a Barquisimeto. En el aeropuerto de esta ciudad es recibido por las autoridades civiles, eclesiásticas y militares y por el pueblo. Del avión de la LAV que lo trajo descendió un hombre alto, corpulento y adusto que inmediatamente pasó a desempeñar un papel decisivo en lo social, religioso y político en el estado. Fundó dos Seminarios, entre ellos uno Mayor y cincuenta parroquias en el estado. El 30 de abril de 1966, por Bula Papal nuestra Diócesis es elevada a Arquidiócesis y Monseñor Benítez es nombrado Arzobispo.
Participó en las Coronaciones Canónicas de Nuestra Señora de la Coromoto, Patrona de Venezuela (1952); de la Divina Pastora (1956) y de Nuestra Señora de Chiquinquirá de Aregue (1965). Promovió la reconstrucción de la antigua Catedral, hoy Iglesia San Francisco, cuya estructura resultó afectada por el terremoto de 1950 y en la construcción de la actual Catedral de Barquisimeto que se inauguró en 1969. Por igual reconstruyó el Santuario de La Paz, la iglesia del Santo Cristo y se avocó a la mejora de los templos, el cementerio Bella Vista y propició la construcción del cementerio Municipal.
En 1972 fue presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana –reelecto en 1975- y como tal asistió al sínodo de Obispos en El Vaticano. Con frecuencia publicaba artículos en los diarios EL IMPULSO, La Religión y El Universal.
Fundó la revista “Margarita”, órgano del Centro Nueva Esparta en Caracas; los semanarios “Fe y acción” (Nueva Esparta), “El Mensajero del Corazón de Jesús” (Ciudad Bolívar) y “Fe y Acción”, en ésta ciudad. Mantuvo por varios años el diario matutino “Jornada” impreso en los talleres de la Tipografía Diocesana C.A. ubicada en la avenida 20 entre 22 y 23, el cual circuló a comienzos de la década de 1950. A través de un crédito bancario compró la maquinaria y al final debido a las dificultades que acarreaba el sostenimiento del medio, debió vender veinticinco morocotas de oro que le habían sido obsequiadas por caroreños en ocasión de sus 25 años de ordenación sacerdotal, con el fin de honrar las deudas que acarreaba.
Su influencia en la sociedad larense lo llevó a ser factor determinante a la hora de tomar decisiones públicas y políticas en la localidad. Una crónica a toda página publicada en el diario “Última Hora” en ocasión del centenario de la primera visita de la Divina Pastora, hizo que periodistas y el propio editor se escondieran por un tiempo, mientras se disipaban las veladas críticas que involucraban a la iglesia en el manejo de los “tesoros” marianos.
En la sede del Seminario de la Divina Pastora, actual liceo Coto Paúl, erigió un observatorio astronómico, que producía un boletín meteorológico diario publicado en los principales medios impresos de la ciudad con acertados pronósticos del tiempo.
Desde su alto cargo promovió los cursillos de cristiandad; la Legión de María y el Club Serra. Fundó el Seminario que lleva su nombre y del cual egresaría la primera promoción de Sacerdotes en 1962 y los formó en las principales universidades de Italia, Canadá y Francia.
Cultivó grandes amistades en la sociedad larense y prueba de ello fueron las incontables publicaciones que elogiaban su obra pastoral, editadas entre 1950 y 1980. Con su nombre fue bautizada la avenida más corta de la ciudad que se extiende de la calle 5 de la urbanización del este, pasando frente a un conocido centro comercial, hasta la entrada de la urbanización Los Libertadores. Varias instituciones educativas llevan su nombre.
El 12 de diciembre de 1982 se separó del cargo y se retiro a una vida trapense en su residencia llamada “La Pastora del Valle”, a pocos metros del Santuario de la Divina Pastora. Ya en 1963 había advertido la necesidad de consagrar un espacio dedicado a la conservación de los tesoros marianos, la devoción y la exaltación de la fe larense por la sagrada imagen de la Divina Pastora.
En 1983 fue designado Monseñor Tulio Manuel Chirivella como su sucesor, segundo Arzobispo y sexto en la historia pastoral del estado. Monseñor Benítez desde su retiro continuaría alentando el futuro de la ciudad que haría su hogar y en la cual insufló su espíritu alentador de futuro. En Santa Rosa murió el 1º de enero de 1991.