Otro paradigma roto en la historia de Guaros de Lara como franquicia en la LPB. Nunca había obtenido el equipo una victoria como visitante en una gran final y le tocó, por cosas de la vida, que llegase para ponerse 3-1 arriba contra el rival al que más veces ha enfrentado en esta instancia, Marinos de Anzoátegui, en el sitio en el que más le ha costado imponerse desde su debut en la liga: la “Caldera del Diablo”.
Quedó el equipo de Guillermo Vecchio, tres veces subcampeón nacional (2005, 2006 y 2015), a ley de un triunfo para obtener su primer cetro y el segundo para el estado desde el logrado hace 34 años por las extintas Panteras de Lara en 1983 (ahora Panteras de Miranda), en ese entonces al interrumpir una seguidilla de seis títulos seguidos de Guaiqueríes de Margarita (1977 a 1982) y mediante un triunfo en la serie final ante los Gaiteros del Zulia de Pedro “Camagüey” Espinoza.
La ración esta vez fue de 15 triples, récord para el equipo en series finales, además de 21 asistencias por apenas siete pérdidas y todo fue fraguado por tres figuras clave: Heissler Guillent, Nate Robinson y José “Grillito” Vargas. Lo tiene todo Guaros en sus manos gracias a su profundidad, la fortaleza mental y el gran momento de juego que vive.
Es una pena que la victoria haya llegado contra un rival diezmado por lesiones y otras situaciones nada idóneas en un momento decisivo, incluso con visibles desacuerdos en el banquillo, apenas horas después de dar un golpe de efecto y lucir listos para una reacción.
A falta de 12 minutos para el inicio del partido, Gregory Vargas se resintió de dolencias en el tobillo izquierdo y no pudo ser de la partida. Miguel Marriaga abrió por Chris Massie (habría decidido no estar por problemas de impago) y luego el pívot zuliano se resintió de un dolor en la ingle, al punto de cambiarse de ropa y pasarse la segunda mitad vestido de civil, ni siquiera sentado en el banco sino a un costado.
Vargas, que fue sometido a una resonancia magnética, regresó al gimnasio Luis Ramos cuando el partido estaba decidido, ya también sin uniforme, pero sí decidió sentarse en el banco junto a sus compañeros a esperar el desenlace. Luego se dio un abrazo con su hermano José, el “Grillito”, al finalizar el cotejo que lo pone a ley de una caída más para un segundo subcampeonato seguido, tras el logrado en Israel con el Maccabi Haifa semanas atrás.
De acuerdo con lo informado por fuentes allegadas a la junta directiva de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB), Bob Abreu, en calidad de presidente, solicitó a la comisión técnica -que en Puerto La Cruz está encabezada por la presencia de José Rafael Gómez- recabar un informe detallado por parte de ambos equipos con respecto a los hechos extra cancha que empañaron el final del juego 3, la noche del viernes 30.
La idea es obtener con precisión una descripción de lo ocurrido y evaluar las posibles responsabilidades que conlleven a la imposición de sanciones, o bien para esta misma serie final o para la siguiente campaña, visto que la serie ya marcha 3-1.
Del mismo modo, se exhortó a las partes a evitar el uso de las redes sociales oficiales de los equipos para ventilar desacuerdos sobre lo ocurrido, tras las declaraciones emitidas tanto por Jorge Hernández (Guaros) como por Jesús Campos (Marinos) vía Twitter.