En Venezuela están reapareciendo enfermedades infectocontagiosas que estaban desaparecidas gracias a campañas preventivas desarrolladas por anteriores gobiernos desde el entonces llamados Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, que tuvo entre sus ministros más brillantes al doctor Arnoldo Gabaldón, a quien se le atribuye la erradicación del paludismo en nuestros país.
La consideración la hace el doctor Adelis Vargas, médico sanitarista, con amplia trayectoria en materia de prevención de la salud, dermatólogo sanitarista, quien recuerda con orgullo su trabajo al lado del eminente científico Jacinto Convit.
Estima que esa reaparición se debe, especialmente, a la utilización de antibióticos desactualizados y puso como ejemplo los recientes fallecimientos de neonatos en Aragua y otras entidades a causa de infecciones producidos por una cepas bastantes virulentas, lo que obliga a buscar antibióticos de más complejidad y por ende más costosos.
También se registra actualmente, además de las enfermedades infectocontagiosos, que muy bien podría atribuirse a lo que algunos califican como la hambruna existente en el país, un incremento en las cardiovasculares y las nerviosas, originadas por la situación que, de paso, por la angustia, ha llevado a algunas personas al suicidio, mientras que otras, desesperadamente, emigran hacia otras naciones.
También se han incrementado los casos de enfermedades cancerígenas que, de acuerdo a especialistas en esa rama, se atribuyen a componentes genéticos, sumado a las preocupaciones, por falta de empleo, bajas remuneraciones cuando se tienen y, por ende, dificultades para adquirir los alimentos necesarios para las familias.
Llama la atención, igualmente, el incremento de los casos de Accidentes Cardiovasculares (ACV), también originados por las preocupaciones en las personas y a los cambios en los medicamentos indicados para esos males.
“Muchas veces el cambio del medicamento acentúa el mal, de allí la necesidad de hacerle un seguimiento porque ocurre que ese ACV le deja secuelas”, señaló.
Pero ya se ha hecho como normal el repunte de las virósicas, como el dengue, la parasitosis por falta de medicamentos así como la reproducción de algunas forasteras como el zika y la chikunguña.
A estas se deben agregar las enfermedades prevenibles, no infecciosas, producto del estrés, como las lumbargia, dorsagia y artralia (artritis), que provocan un alto grado de ausentismo laboral.
“El médico emite los récipes, anteriormente con un solo medicamento, pero en la actualidad, debido al desabastecimiento en las farmacias, se ve obligado a recomendar varias fórmulas para que el paciente adquiera la que pueda conseguir, aunque en muchas oportunidades, luego de cumplir con amplios recorridos, no consigue ninguna”, explica.
También considera riesgoso el que, en algunas oportunidades, el enfermo debe acudir en los CDI a los médicos cubanos que ejercen (ilegalmente), en Venezuela, y como desconocen la farmacopea vigente en el país, porque no están actualizados, en vez de mejorarlo le agravan o provocan otro mal.
Puso como ejemplo el caso de una niña de 3 años que llegó con una celulitis y el médico le indicó Ampicilina, que ya no se usa en infecciones de piel, lo que en estos casos resulta contraproducente, pero como ellos no están actualizados, “para salir del paso” recetan lo que consideran conveniente.
Celulitis es infección del tejido celular sucutáneo, que debe ser tratada por un patólogo.
Recuerda el doctor Adelis Vargas que hasta hace algunos años se desarrollaban campañas preventivas, rutinarias y especiales, como la antipalúdica y la materno infantil y resulta preocupante que hoy no se den, en el caso de la segunda, controlaba la mortalidad perinatal, neonatal e infantil, así como el control del embarazo.
“Actualmente no hay educación sanitaria acorde con las necesidades, con vacunas, charlas, jornadas de vacunación, no hay planificación familiar, además del empeño de ocultar las estadísticas, así como tampoco se desarrollan programas nutricionales, no sólo para niños y adolescentes sino también para los adultos, a lo que hay que agregar que tenemos una infraestructura colapsada, una emigración de especialistas y no hay programas especiales para las enfermedades que vienen levantándose por la falta de insumos”, expuso.
Además, enfatizó en lo que se denomina, “estadísticas en reversa”, o sea aquellos casos que no son registrados por las autoridades sanitarias.
Le preocupa que las llamadas enfermedades infectocontagiosas prevenibles y las crónicas degenerativas, a raíz de la hambruna que se están reproduciendo en Venezuela, son comunes en los países atrasados siguen creciendo en Venezuela.
“Por cada mil evento de estos, hemorrágicos, en común, se sucede uno especial en el que se muere el paciente, no aparece en las estadísticas oficiales, aunque siempre se sabe porque los comunicadores sociales se enteran a través de familiares”, indicó.
“El hecho de que no aparezcan las estadísticas para que sepamos donde estamos parados, está afectando todos los programas de salud en Venezuela, incluso, está haciendo que muchas enfermedades estén abundando, podemos destacar el del Instituto Nacional de Nutrición, al que debemos agregar el dedicado al adulto, porque se puede ver mucha indigencia pidiendo dinero o comida en los semáforos; tampoco se dice nada sobre el estudio socio económico de cada familia, como está viviendo con un sueldo básico depauperado, qué está comiendo, si está ingiriendo triglicéridos o sal en abundancia, o el niño que no está ingiriendo las proteínas adecuadas, a lo que hay que agregar la falta de programas de vacunación, BCG, la Triple, (Difteria, Tosferina y Tétano), si llega de mala calidad por fallas en el traslado o conservación”, refirió.
Otra parte, se refirió a la situación en los hospitales, ambulatorios o CDI por falta de insumos y puso el caso del tomógrafo del hospital Central Antonio María Pineda, que lleva unos cuantos años inactivo porque no se le dio el mantenimiento requerido y, como dijo recientemente el doctor Ruy Medina Morales, no admite reparación porque se requiere uno, junto a personal, actualizado.
Igualmente recordó que, debido a esas fallas, en todo el país existen esta semana unas 350 operaciones electivas en lista de espera como consecuencia de la carencia de insumos o equipos deteriorados por los años en servicio, los cuales deben ser sustituidos por unos más modernos.
Para el doctor Adelis Vargas, para que exista salud en un país se hace necesaria la planificación familiar de acuerdo con su Producto Interno Bruto (PIB), como ocurre en muchas naciones donde se le da mayor importancia a los planes destinados a garantizarle a los habitantes prevención ante la permanente amenaza de enfermedades, locales o foráneas.
También se mostró en desacuerdo con lo que ocurre con la prestación de la atención médica en centros de salud con los enfrentamientos entre gobiernos nacional y regionales en algunas entidades, entre ellas Lara, los cuales son persistentes por cuestiones netamente políticas.
Considera que la mejor manera de impedir la proliferación de una serie de enfermedades que estaban desaparecidas en Venezuela es volver a los programas preventivos que durante los últimos años, o desaparecieron totalmente o siguen pero con serias fallas que impiden cumplan su cometido, además de publicar nuevamente las estadísticas para que la población pueda tomar también sus medidas destinadas a impedir ser afectada por alguna de algunas de ellas, como las infectocontagiosas, cerebrovasculares o cancerígenas, principalmente.
También estima importante mejorar los sueldos a los médicos especialistas para incentivarlos a permanecer en el país y no sean aprovechados por otras naciones donde los beneficios económicos son superiores a los nuestros.
Son médicos preparados en Venezuela que se van a otros países a impartir sus conocimientos, no por gusto sino por necesidad de garantizar un futuro mejor para sus familias.