A Maturín, en toda la franja oriental venezolana, fueron hace ocho días en el partido de vuelta y Monagas SC se quedó con la victoria (1-0) gracias a la diana del bisoño lateral derecho Samuel Barberi, y ahora se lanzan de nuevo al rectángulo en el estadio Olímpico de la UCV para completar los 180 minutos con el gran reto de revolcar, Caracas FC, el partido, mientras el cuadro oriental saldrá presuroso en el intento de sostener el resultado anterior para quedarse por primera vez con un título en su trayectoria, Torneo Apertura.
Los anfitriones, llevados de la mano por Noel Sanvicente quieren el triunfo, borrar la sequía de los últimos seis años y abultar la galería a una docena de estrellas, mientras el timonel, motu propio, pretende apartar la borrasca que se produjo a su alrededor al momento de conducir el seleccionado nacional, amen de sumar una nueva diadema a las siete (7) que ostenta, cinco de ellas conseguidas con el cuadro capitalino.
Las acciones están pautadas para las 5 de la tarde en el coso capitalino, que seguramente estará a reventar en su capacidad, 24.900 plazas, porque la dirigencia de los Rojos del Ávila consideró oportuno, al igual como sucedió en Maturín, dejarle a los aficionados la opción de ingreso sin costo alguno.
Monagas SC, con una trayectoria cercana a las tres décadas (29 años), no tiene estrellas en el fútbol criollo, pero estará en la cancha con el pulmón insuflado por la esperanza y la ambición, como lo dejara entrever su guía y conductor Jhonny Ferreira en la fase previa a la confrontación.
Los obstáculos para los orientales pasan en primera instancia por la ausencia en sus filas debido a la acumulación de tarjetas amarillas de Luis “Cariaco” González, un desarticulador nato en todos los sectores de la última franja, además de tener que jugar en cancha ajena y con un público intensamente bullidor.
González, presuroso e incisivo siempre, en el choque de ida integró junto a Daniel Febles y el argentino Anthony Blondell un desquiciante tridente, disminuido –seguramente- por su ausencia, tarea menuda que debe resolver en lo táctico el técnico Ferreira.
Caracas, ducho en este tipo de contiendas, en contraparte, estará alentado en su reducto por miles de voces y un Sanvicente bregador de principio a fin, como lo fue en su época de jugador y como lo demostró en la fase anterior cuando ya casi asfixiado por el resultado parcial (2-0) ante Deportivo La Guaira, en los estertores del partido, encontró en Edder Farías su salvador al rematar de testazo en el arco rival (2-1) un impecable centro de Eduardo Fereira para obligar así a la definición en tanda de penales porque el global marcaba paridad a tres goles. El resto de la historia es conocida.
El vencedor del choque capitalino tendrá como recompensa, de acuerdo a las bases establecidas por la Federación Venezolana de Fútbol, rectora de la contienda, el título del Torneo Apertura 2017 y cupo amarrado en la Copa Libertadores de América en su edición del 2018, mientras, el perdedor, como consuelo, tendrá su nombre registrado en la Copa Sudamericana del año próximo.