Jorge Hernández, presidente y propietario de los Guaros de Lara, condenó la falta de seguridad en el gimnasio Luis Ramos justo al concluir el tercer partido de la serie final de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) 2017 contra los Marinos de Anzoátegui, ganado por los locales 92-87, tras ser objeto de agresión junto a su familia y personal de la organización por parte del público.
“No existió seguridad y responsabilizo a Carlos Silva y al presidente de la LPB, Bob Abreu, por lo ocurrido”, declaró minutos después de haber sufrido ataques de un sector del público adyacente al área designada para los directivos del equipo visitante en el vetusto escenario oriental, a pesar de que Marinos había resultado ganador del choque.
“No hay condiciones de seguridad en ningún lado del gimnasio. Es triste lo que vivimos tras el juego por la violencia. Marinos no dispone de una política de atención y seguridad para su propio público, menos a los equipos visitantes”, agregó quien fuera presidente del circuito hasta hace un par de campañas.
“Solo espero que se imponga la cordura, sentido común, para montar una final que enaltece al baloncesto. Me niego a creer que gane la violencia. Yo apuesto al deporte. Antes del juego saludé a Los Inadaptados (barra de Marinos) y compartimos”, concluyó.
Directiva de Marinos acusa
Jesús Campos, presidente de Marinos de Anzoátegui, acusó al coach Guillermo Vecchio, el asistente técnico Yonaiker Ecker y los jugadores Néstor Colmenares, Luis Bethelmy, Nate Robinson y Gregory Echenique de haber propinado golpes cuando los acompañaba al camerino, todo esto a través de su cuenta oficial en la red social Twitter (@jeracam).
Dijo haber recibido insultos de los hijos del propietario de Guaros y lo llamó “poco serio” por “hacerse la víctima”. Lo único que admitió sobre el incidente fue que un grupo de fanáticos había insultado a Hernández. “Sea responsable y asuma su error de caer en la provocación del público, así como nosotros aguantamos a las barras de Guaros en Barquisimeto”, expresó.
Por si fuera poco, acusó al equipo de mentir sobre la falta de seguridad y agradeció la intervención de los cuerpos policiales en el sitio. Incluso dijo que José David Hernández, gerente deportivo y adjunto a la presidencia de Guaros, le había “pedido disculpas en nombre de Vecchio y Ecker”.
Campos también llamó “rolo de sinvergüenza” al coach Guillermo Vecchio y lo conminó a “ganarle en la cancha y no a puños”. Vecchio le respondió a Campos que sus comentarios “no son veraces”. “En la cancha ganó el que hizo más puntos pero, golpear en la salida y por la espalda fue vergonzoso. Pudo ser tragedia”, expresó el técnico argentino.
La directiva de la LPB tendrá que tomar medidas inmediatas para garantizar condiciones mínimas y que la serie final pueda disputarse sin más hechos violentos que la empañen.