SI bien la medicina estética como ciencia médica se encarga de aplicar tratamientos para el mantenimiento y restauración de la belleza, atiende el bienestar de los individuos de forma integral, tomando en cuenta el equilibrio mental y emocional que se refleja en la imagen externa.
Desde el año 1948 la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó el siguiente concepto: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y también social, no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia”. Basados en ésta definición, nos encontramos que en momentos de crisis –como los que vivimos en Venezuela- se genera ansiedad y/o depresión que puede vulnerar nuestra salud.
Es común observar cómo personas que están siendo afectadas por situaciones que desestabilizan sus hábitos diarios comienzan a padecer de forma reiterativa, y hasta continua en muchos casos, de quebrantos a nivel físico que van desde gripes, dermatitis e infecciones hasta trastornos hormonales, inmunológicos, tensionales o cardíacos, amén de la depresión o la ansiedad en grados severos.
Debido a que los factores que conllevan a la crisis son externos (no dependen de nosotros) y por ende no podemos controlarlos, debemos buscar alternativas en pro de mantener íntegra nuestra salud. Entonces, revisemos un poco las herramientas de las cuales podemos echar mano en busca de nuestro beneficio.
Ejercicio físico: las bondades que aporta el ejercicio al estado de salud son ampliamente conocidas a nivel cardiovascular, osteomuscular y hormonal. También se han descrito en estudios científicos las múltiples vías por las cuales éste puede colaborar hasta en un 80-90% en la prevención y disminución de cuadros ansiosos y depresivos. La vía psicológica maneja la teoría de la distracción donde la persona durante la ejercitación deja de poner atención al pensamiento pesimista rompiendo el ciclo vicioso. La vía fisiológica está basada en la teoría del incremento de las endorfinas que son hormonas que aportan sensación de bienestar, facilitando el manejo de las emociones negativas tales como la ira y la rabia. La vía social explica cómo al relacionarse con otras personas se observa una mejora de la autoestima y la forma de controlar su propia vida. A todo lo explicado se le suma que el ejercicio mejora la calidad del sueño y las funciones mentales, porque “exercise is medicine”. En ese sentido aconsejo que dediques tiempo en tu hogar a realizar algunas rutinas sencillas de estiramiento, calistenia o baile, acompañadas por la música que te guste.
“Mindfulness” y espiritualidad: el concepto de Conciencia Plena o Mindfulness se ha puesto en boga en los últimos años, basándose en técnicas desarrolladas por el budismo hace más de 2.000 años. Se define como “la tendencia a ser consciente de las propias experiencias internas en un contexto de aceptación de esas experiencias sin juzgarlas”. Se considera que mediante la práctica de esta tendencia la persona maneja las emociones de manera controlada y con una visión más nítida del panorama pudiendo así discernir ante las adversidades de forma lógica y no emotiva puramente. El bienestar existencial se puede llevar a cabo mediante el enriquecimiento de las creencias religiosas, así como promoviendo la espiritualidad mediante la práctica de la meditación, ejercicios de respiración, visualizaciones, yoga, qi gong y tai chi. Estudios asocian a estas técnicas a la adquisición de estrategias para afrontar adversidades y a una mejor respuesta del sistema inmunológico para combatir enfermedades debido a la disminución de niveles de cortisol en sangre, así como el incremento de los linfocitos CD4+ (células de defensa).
Queda claro entonces que la implementación de actividades de esparcimiento físico y mental son más que un lujo o capricho, una gran necesidad si queremos mantenernos saludables y llenos de energía para darle la cara a los problemas de la mejor manera, con una actitud positiva, con conciencia y poder al final conseguir nuestra meta de resolverlos sin vernos afectados de manera negativa.
Por lo tanto, desconéctate aunque sea 1 hora al día del trabajo, teléfono, computadora, noticieros, redes sociales y regálate ese espacio para drenar ejercitándote, meditando, escuchando música, tocando algún instrumento, pintando, haciendo actividades manuales o compartiendo con personas positivas para que puedas enfrentar la crisis con ánimo ¡Hazlo por tu salud!