Cada 29 de Junio se conmemora la muerte del Doctor José Gregorio Hernández, conocido por sus aportes de peso a la medicina venezolana, su solidaridad con los necesitados, rectitud y profunda vocación católica.
El trujillano, fundó la Bacteriología en el país luego de terminar sus estudios de medicina en 1888 y enfocar su tesis en enfermedades bacterianas. Después de aplicar la ruralidad, recibe una beca en Paris, estudios de Microscopía, Bacteriología, Histología y Fisiología Experimental.
En 1991, regresa a Venezuela para fundar el Instituto de Medicina Experimental, el Laboratorio del Hospital Vargas y varias cátedras de Medicina, entre estas la Histología Normal y Patológica; Fisiología Experimental y Bacteriología. Impulsó de esta manera la ciencia venezolana al ser pionera Americana en esta revolución de la medicina. Aunado a sus aportes, Hernández perfeccionó la utilización del Microscopio y fundó la parasitología nacional.
Su llamado cristiano se enfatizó en1909, cuando renuncia a sus ocupaciones en Venezuela y parte a Italia para desempeñarse como Fray en el monasterio de la Cartuja, en donde estuvo pocos años, puesto que por su condición de salud regresó a su país natal a ejecutarse como profesional de la medicina.
En 1914, regresa a Roma para incluirse al Seminario, pero por presentar indicios de tuberculosis, se traslada a Venezuela nuevamente para volver a sus labores académicas.
Finalmente, el reconocido de la bacteriología muere en 1919 debido a un accidente de tránsito.
A lo largo de 23 años, el Doctor José Gregorio Hernández dictó 32 cursos de su especialidad y reclutó a 694 alumnos. Su testimonio de vida y sus arraigadas raíces católicas conllevó que el Papa Juan Pablo II lo nombrara “venerable” el 16 de enero de 1986.
A pesar de no haber sido beatificado aún por la Iglesia Católica, está a poco de ser el primer santo de procedencia Venezolana.