Viajar con tranquilidad a Puerto La Cruz, un escenario en el que se han perdido 33 de 35 juegos en ronda eliminatoria y donde nunca se ha podido ganar como visitantes en series finales, resultaba obligatorio y crucial para las aspiraciones de título de los Guaros de Lara en esta serie final.
Ya se dieron el gusto de comenzar en casa y hacerlo con un 2-0 que dejó buen sabor, sobre todo a partir de la defensa del cerco rebotero y la intensidad con la que se marcó en el segundo de la serie.
Ahora toca romper con otro paradigma e ir al puerto en busca de más. Ya en la ronda eliminatoria interrumpieron una larga racha de 37 derrotas seguidas en esa plaza (29 en ronda eliminatoria y ocho en playoffs), que databa desde abril de 2005.
Por si fuera poco, en el triunfo de la segunda noche en el Domo Bolivariano de Barquisimeto, 99-85, igualaron su tope de puntos anotados en una serie final, logrado el 2 de junio de 2006 contra Trotamundos de Carabobo, de acuerdo con estadísticas provistas por el periodista Jean Carlos Arias Troisi.
Al hurgar la historia de las 16 finales previas que había disputado Marinos de Anzoátegui, 11 veces campeón de la Liga Especial/Liga Profesional y que además ha participado en ocho de las últimas nueve series finales, hay un detalle estadístico nada despreciable y que puede servir de auspicioso precedente para los larenses.
Marinos solo había estado abajo por 2-0 en una gran final en otras dos ocasiones antes de este torneo. Eso ocurrió en la campaña 1995 ante Panteras de Miranda y luego en la estación 2010, cuando enfrentaron a los Cocodrilos de Caracas.
Tanto ante los felinos del coach Bruno D’Adezzio, en serie que se fue a siete juegos (4-3), como frente a los de Néstor “Mamá Osa” Salazar, en duelo que concluyó en seis cotejos (4-2), el acorazado oriental fue el equipo derrotado y se conformó con el subcampeonato.
A Guaros le toca rematar la faena en casa ajena, como ya lo hiciera tanto en las semifinales contra Trotamundos (4-1) como en la final de Conferencia Occidental ante Cocodrilos de Caracas (4-0).
Hasta el momento los hechos le han dado la razón a la gerencia deportiva de Guaros de Lara, a cargo de José David Hernández, al dar marcha atrás a la decisión de incorporar a un cuarto jugador importado para tenerlo en la reserva –a pesar de que ya tenía el visado listo y había un acuerdo con él- y darle un voto de confianza al personal del que dispone.
Imperaba el deseo de no romper la química que se había logrado durante la gran racha positiva desde el arribo de Guillermo Vecchio (18-3 antes de iniciar la final).
Algo diferente se aprecia en la acera opuesta. Marinos de Anzoátegui concretó los arribos de Gregory Vargas, el panameño Michael Hicks y el alero naturalizado Leon Rodgers e hizo regresar tras casi dos meses de ausencia al exNBA Oscar Torres y a Héctor “Pepito” Romero.
La clase, liderazgo e influencia de Vargas es indiscutible, lo mismo que el rendimiento de un Hicks con más de 12 años de experiencia en ligas europeas pero Rodgers y Torres han jugado poco y Romero ni siquiera ha sido utilizado.