Les cuento. A menudo visito una tienda de productos naturales para hacer compras necesarias a mi despensa y fortuitamente escuche una conversación que me llamó mucho la atención, por el nivel de equilibrio como se desarrolló. Lo digo, por cuanto la conversación era entre el dueño, un eterno defensor de las políticas gubernamentales y el otro, un cliente, visible opositor. El tema en cuestión era “los pro y los contras” de las gestiones de gobiernos pasados y el actual. Por lo que a mí respecta me mantuve expectante, esperando una explosión. Me decía a mí mismo, esto va a terminar muy mal y en lo que a mí respecta, a la primera oportunidad les hablaré de mi tema preferido: La Salvación.
Sin embargo, la conversación terminó como menos lo esperaba. El caballero opositor, al final, comentó con tristeza, que en su bando no había un líder nacional que pudiera canalizar las necesidades de quienes aspiraban un cambio y el defensor de las políticas gubernamentales le respondió inesperadamente “igual, se necesita un cambio”. ¿Cómo les parece?
La lectura que le doy a este encuentro, es que Dios está al control de todo. Quien crea que no es así, anda perdido aún con el Evangelio en su vida. Los cristianos sobre todo, han perdido la capacidad de captar el sentido espiritual del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Por ello, creen que Dios necesita su ayuda para hacer los cambios que quiere. Ojo, eso no quita que Ud. pueda tener una opinión muy particular al respecto y actuar de acuerdo como lo dicte su conciencia. Pero debe entender, para su tranquilidad, para su paz interior y sobre todo para su conducta proactiva en pro de la predicación de la Palabra sagrada, que ÉL tiene el control de todas las cosas.
Debe saber, que todo lo que Dios permite suceda, tiene un propósito que va en dirección a colocarnos en el camino de la Salvación y los cristianos debemos aprovechar la coyuntura político-social en cualquier país, para arrancarle al enemigo las almas que le siguen. Sean oficialistas o de oposición. Pero, debemos dejar que el Espíritu Santo nos guie, como creo sucedió con los dos personajes del evento narrado. Lamentablemente, somos reincidentes de querer poner nuestros pensamientos en la mente de Dios y eso es absurdo. ÉL es infinito y Santo y nosotros seres finitos y pecadores. Dice “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” Isa.55:8,9.
Si en la desesperación de resolver los problemas del país humanamos a Dios y lo hacemos descender hasta nuestro nivel de pecadores reclamando acciones determinadas. Si colocamos nuestra propia inmundicia de pensamientos en Él, terminaremos creyendo que el Eterno Dios Todopoderoso es un apoyador del régimen Castrista de Cuba, que ya tiene casi 60 años mandando y eso es blasfemia. Si abandonáramos el pecado del Yo y entendiéramos, que Dios está al control de la historia, nuestra vida sería un remanso de paz fundamentado en la Esperanza, por cuanto actuará en la forma que lo considere conveniente y a su debido tiempo. !Ya lo ha hecho!
Si, necesitamos un cambio. Acercarnos más a Dios y su Palabra. Aprovechar la dura situación que estamos viviendo y llevarle la verdadera Esperanza a otros. ¡Hasta el martes Dios mediante!