Históricamente Lara no ha sido el destino predilecto en asueto escolar. Sin embargo, las perspectivas para el venidero periodo resultan preocupantes.
Así lo aseveró el presidente de la Cámara de Turismo en la entidad, el posadero Antonio Morales, quien señaló que las prereservaciones para el hospedaje suelen iniciar en el estado en julio. No obstante, para la fecha han sido pocas las consultas sobre precios y disponibilidad, lo que les permite proyectar una temporada negativa.
Acotó que en las temporadas altas y bajas de 2017 han registrado valores negativos por igual, por lo que el sector en la región, en su mayoría conformado por pequeños operadores turísticos, atraviesa una etapa de fuerte deterioro.
-Aún no hay de ningún tipo de reservación para la temporada de julio ni agosto, y reconocemos que por no ser un destino de sol y playa, registramos mayor movimiento en periodos como Semana Santa y Carnaval, en comparación con las vacaciones escolares, pero este año no ha habido periodo de recuperación en el año. Las condiciones son preocupantes.
A pesar de las proyecciones, el sector se prepara para atender entre el 45 % y 50 % de ocupación. Sin embargo, están conscientes de que la situación económica, política y social de Venezuela, para la cual aún no se avizora desenlace, puede ser una limitación. Se trata de un periodo de altísima incertidumbre para los prestadores del servicio turístico en Lara.
Morales, reconoció que el contexto actual afecta aún más a los pequeños empresarios turísticos, en especial las posadas y restaurantes, con posibilidades de maniobra restringidas. Sin embargo, mantienen la postura de no llamar a la situación como “crisis”, ya que de ser así estarían próximos a cerrar sus puertas y esta es una opción como gremio aún no contemplan.
Detalló que en una posada con diez habitaciones deben laboral como mínimo con cuatro empleados, lo que representa compromisos laborales, sumado a gastos de mantenimiento, compra de insumos y otro, gastos que sólo se puede cubrir si se cuenta con una ocupación semanal igual o mayor al 50 %. Sin embargo, este se ha convertido en un escenario incierto y en muchos casos imposible bajos las condiciones actuales.
Manifestó que los ha afectado considerablemente la indexación salarial. En especial a los pequeños posaderos, ya que 80 % de estos ha prescindido de personal.
Para el momento, los mismos dueños y su familia atienden el establecimiento y disminuyen gastos operativos.
Esperan que julio y agosto sea la tan esperada recuperación que les permita continuar activos, al menos hasta diciembre, mes en el que viajeros del país hacen parada en Lara.
Peor temporada
Las temporadas bajas han sido aún más bajas de lo esperado, cuenta Morales, quien expresó que quizás, la más baja en muchos años. Se acostumbra que el flujo sea del 40 %, pero en este momento registran ocupación del 20 %.
-Estamos aguantando. Tomamos todas las previsiones necesarias, para así tener los menores gastos posibles. Bajamos al mínimo el consumo de excedentes y adquirimos dotaciones a niveles inferiores a años atrás, en cantidades que nos permitan operar en un periodo de tiempo, hasta que podamos de nuevo invertir. Nuestra intención no es cerrar. Eso sería declarar la crisis.
El sector turismo en Lara está preocupado por las mermas registradas por el sector en años.
Dicen comprender la situación política, económica y social actual, así como la priorización de gastos familiares como la alimentación. Sin embargo, como sector económico del país lamentan todo cierre de empresa que represente menos productividad para el país y pérdida de puestos de trabajo.