Dicen ser víctimas de hurto y robo al menos dos veces por semana. Habitantes de la urbanización Fundalara II –específicamente de las casas ubicadas detrás de la torre Intercable-, acudieron a EL IMPULSO porque, a pesar de tener una comisaría policial en la zona, se sienten desprotegidos ante la permanencia en la comunidad de chamos en situación de calle que se escudan como cuidadores de carro, vendedores de flores y limpia vidrios.
Declararon de manera anónima por temor a represalias. Aseguraron tener contabilizados entre 20 y 30 individuos que actúan en el sector, la mayoría adolescentes.
Tras verlos diariamente, afirmaron los habitantes, han logrado percibir que estas personas se organizaron para cometer actos delictivos. Ingresan a los hogares, arrebatan pertenencias de transeúntes y amenazan a conductores para que les den dinero en efectivo. Se ubican en cada semáforo y siempre estarían en comunicación para coordinarse.
Los pandilleros, como los denominaron los residentes de Fundalara, tomaron la avenida Los Leones, desde la intersección con la avenida Lara hasta la intersección con avenida Venezuela. Sin embargo, quisieron aclarar que no todos los vendedores ambulantes de dicha zona incurren en fechorías, algunos tienen años en la localidad y son rostros conocidos.
Según aseveraron los vecinos, una oleada de estas personas les invadió en diciembre de 2016, pero se tornaron agresivos y perjudiciales para la comunidad desde hace aproximadamente tres meses.
“Ya no sabemos qué hacer. La parte policial no sirve para nada. Se ven bastantes en la comisaría pero no hacen las rondas. Cuando agarran a esos muchachos, los vuelven a soltar porque supuestamente son menores de edad (…) Debe existir algún organismo que haga algo; hacemos el llamado a las autoridades”, sentenció una vecina.
Sentenciaron que locales comerciales de la urbanización también han sufrido los embates de la inseguridad y sostuvieron que algunos vigilantes son cómplices de ello, puesto que permiten que los pandilleros pernocten en las áreas bajo su responsabilidad.
“Todos conocen y están al tanto de la problemática. Pero nadie hace nada para resolver”, acotaron.