ESPECIAL Las diferentes caras de la juventud en el país

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Actualmente Venezuela vive un momento en donde los jóvenes son parte fundamental de su historia, sin embargo, no todos son o hacen lo mismo. Hay quienes estudian, otros viven en las calles y otros tantos que luchan por el país desde sus propias trincheras.

Para nadie es un secreto que actualmente las acciones de calle tienen una gran cantidad de personas que no pasan siquiera de la mayoría de edad, demostración de esto es el hecho de que Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) contabilice el asesinato de 14 adolescentes durante las protestas.

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Pero esta no es la única realidad que se tiene en la juventud venezolana. Para Fernando Pereira, coordinador general de Cecodap, algo que tienen en común todos los jóvenes actualmente es que “son hijos de la crisis”. La generación actual nació y creció bajo el régimen del fallecido presidente Hugo Chávez y por ende, han sido partícipes de constantes cambios en el país.

“Esto ha afectado sus vidas, independientemente de la clase social o ideología”, expresó. Y es que la generalidad que existe entre los adolescentes y quienes por algunos años ya pasaron esta etapa, es el hecho de no saber si estudiar les garantizará un buen futuro, si el trabajo que lleguen a tener realmente les brindará calidad de vida o si el hecho de quedarse en Venezuela realmente les dará las oportunidades de formar una familia como lo hicieron con ellos, en donde a pesar de no ser del estatus más alto se tenían beneficios y se respetaban los derechos.

Estas son dudas que trascienden cualquier clasismo para aquellos que realmente quieren permanecer en su nación y salir adelante en ella. “Cada vez es más difícil estudiar, recrearse. Ahora salir al cine, a un paseo, de fiesta o hacer alguna actividad nocturna se ha convertido en algo remoto principalmente por la inseguridad”, dijo Pereira.

Esto por supuesto ha tenido repercusión en los jóvenes quienes ameritan de encontrarse con sus semejantes, tener lugares de esparcimiento, hacer amistades. Ahora “se tiene como herencia la inseguridad”, este ha sido uno de los tantos “legados”.

Todas estas situaciones han llevado a que lo que anteriormente era un tema fastidioso para la juventud, como lo es la política, hoy se haya convertido en una conversación común, en donde incluso niños tienen la capacidad de opinar al respecto por las realidades que viven cotidianamente.

“Ahora son jóvenes preocupados por su país, por el tema político y es porque su realidad inmediata los hace interesarse por el mismo, independientemente de su ideología. Quienes no están de acuerdo con el gobierno se sienten en riesgo y quienes son oficialistas también temen perder el proyecto con el cual crecieron, han creído y se han beneficiado ellos y sus familias”.

Para Pereira, otra característica actual es el desencanto hacia el estudio. La incertidumbre les juega en contra a los muchachos y son pocas las alternativas que se tienen para motivarlos a que sigan en las aulas cuando no se les garantiza un buen futuro. Es por esto que a pesar de la corta edad, muchos tienen la cultura de la inmediatez, en donde compran algo para revenderlo a mayor precio y cualquier otro entorno que ofrezca dinero fácil.

La impunidad también los ha llevado a estar en negocios ilícitos, indica Pereira, no obstante, desde los estudios de Cecodap no ven un perfil de joven pagado para que salga a alzar su voz; por el contrario, ven el descontento que se tiene sin importar la edad.

“Estos espacios ofrecen visibilidad a quienes se sentían invisibles. Pasan a ser reconocidos y a ser parte de un grupo que tanto les hace falta, además se ve un fenómeno poli clasista, en el que son chamos de diferentes estratos sociales y aun así se unen e incluso se reconocen como familia”, dice Pereira.

La misma juventud los hace sentir temerarios y no medir los riesgos, pero esto no ha pasado únicamente ahora. “Si tú le preguntas a cualquier político actual a qué edad comenzó a interesarse por la política te va a decir que a los 12, 13, 14 años”; por esto el especialista rechaza que ahora se pretenda satanizar la actuación de los jóvenes e incluso, responsabilizar a los padres si les llega a suceder algo.

“Es un insulto decir que les pagan porque salen a protestar a expresar sus problemas. Ellos no son la causa de este, son la consecuencia del mismo”, a la vez agregó que tampoco deben ser tipificados como criminales o enfermos por el odio.

Para Pereira resulta insólito que las autoridades gubernamentales aplaudan cuando un joven les expresa apoyo en cadena nacional, pero que cuando otro expresa rechazo hacia al Gobierno dicen que son usados y buscan criminalizarlos.

No se trata de una u otra ideología, se trata de que son muchachos venezolanos que incluso, pueden no estar involucrados con lo que hoy en día se vive y aun así, sufrir por no tener siquiera una cobija para arroparse en las noches, jóvenes que están siendo apartados de la realidad.

La “resistencia”sinónimo de perseverancia

Sin importar sus rostros tapados, la autodenominada “resistencia” es uno de los rostros más visibles. Esos que día a día se encuentran en las calles del país para emprender su lucha y expresar su descontento. La rebeldía es una de sus principales características. Su ímpetu para que se genere un cambio es indetenible.

“Aquí no estamos por cuestiones partidistas, nuestra lucha es por Venezuela”, indicó uno de los jóvenes que sale a las calles a defender a su país.

Su esfuerzo no lo hace por sí mismo, puesto que aseguró que se mantiene protestando porque conoce que la situación actual afecta rotundamente a otras personas y es precisamente esta una de sus tantas motivaciones.

“Aquí todos tenemos las mismas necesidades. Algunos en mayor cantidad, otros no tanto, pero eso no es impedimento para estar aquí”.

Aseguró que contrario a lo que muchos dicen, quienes son “resistencia” son de todas las clases sociales y se encuentran en un punto en donde tienen como objetivo común una Venezuela mejor.

Lamenta cada una de las muertes y de los heridos que se han tenido en los más de 80 días de protesta, sin embargo no duda en decir que esta es otra de sus motivaciones para continuar en la calle y que dichas muertes no sean en vano.

Duda que las personas quieran seguir viviendo en un país como el que se tiene y por esto ha visto cómo la sociedad civil ha perdido el temor y poco a poco se han involucrado más con las acciones de calle.

Su sueño es ver a sus hermanos volver y brindarles un país en donde “al menos puedan tener una vida normal”.

Estudiantes: apoyo constante

Son parte esencial de cualquier nación y aquí no es la excepción. Los universitarios e incluso, liceístas, también han tenido el temple de permanecer en las calles y a la vez, en las aulas. La batalla que emprenden es para la recuperación del país, pero además, por la academia que cada día se ve más golpeada. Dentro de estos además están aquellos que han tenido que cambiar combinar los libros con algún empleo para salir adelante.

Maicol González, estudiante de enfermería en la UCLA es uno de los universitarios luchadores que permanece dando lo mejor de sí para sacar adelante al país.

“Mi mejor motivo para seguir aquí es ser venezolano”, expresó. Para él, el ejemplo debe comenzar por uno mismo, por el compromiso que se asuma con la nación de ser parte de un cambio que traiga consigo progreso y un buen futuro para los jóvenes.

“Para mí es un orgullo poder decir que seré egresado de la UCLA y ejercer la carrera que estudié en Venezuela, el país que me vio crecer”.

A pesar de las condiciones en que se puedan encontrar las casas de estudio, su lucha es precisamente para permitir que se tenga una mejoría en las mismas, en donde un universitario pueda egresar de su alma mater y tener una profesión digna, que su salario le permita cubrir sus gastos.

“He visto a muchos de mis compañeros tener que trabajar en cualquier cosa para conseguir algo de dinero y así ayudar en sus hogares porque con un salario no alcanza”.
Su objetivo es una Venezuela en donde los jóvenes tengan un futuro prometedor, lleno de metas por cumplir y donde el estudio sea valorado y recompensado como se amerita.

Juventud en situación de calle

Muestran la triste realidad de una gran cantidad de venezolanos. En situación de calle pasan sus días. Algunos se han visto en la necesidad de abandonar sus hogares para “buscar su propio camino y evitar ser una carga”, tal es el caso de Jhonatan Pérez, quien desde hace dos años se mantiene recorriendo diferentes puntos de la ciudad buscando dinero y comida.

“Siempre fui de hogar humilde, pero desde el 2014 tuve que salir de mi casa porque ya no podía estar ahí, se tenía mucha necesidad”, expresó el joven que apenas pasa la mayoría de edad.

No se imaginó tener una juventud como la que está viviendo, en la que es rechazo porque su aspecto no es el más favorable, por supuesto que la razón por la cual no se viste con las mejores prendas es porque no tiene cómo hacerlo.

Sin terminar sus estudios de bachillerato, Pérez se mostró resignado, aun cuando dijo que “eso ahora no sirve de mucho”, a pesar de que eso salió de su boca, aceptó que en sus intentos por obtener un trabajo ha sido rechazado por no haber concluido el bachillerato.

“Afortunadamente ahorita con estos rollos la gente como que ha visto lo difícil que es vivir en la calle y bueno algunos días nos traen comida y así nos ayudan porque de pana no es fácil”.

Sabe que en el entorno que se encuentra es complicado no caer en los vicios y si bien ha probado algunas cosas, evita caer en estas porque espera que en un futuro las cosas mejoren y poder surgir como cualquier otro joven venezolano.

Oficialistas: distintos pensamientos, objetivo común

Mauricio Orellana es dirigente estudiantil de la Universidad Politécnica Territorial Andrés Eloy Blanco (Uptaeb), su tendencia política no es secreto para nadie y por ende, tiene sus pensamientos bien establecidos.

Asegura que el papel de los jóvenes oficialistas actualmente es buscar un equilibrio que permita tener paz en el país, en donde uno reconozca al otro y que si bien las ideologías pueden no ser las mismas, al menos respetarlas.

“¿Por qué yo no me puedo sentar a tomar una taza de café con un chamo de oposición?” se pregunta Orellana quien no dudó en decir que tanto la política actual como la de tiempos anteriores tiene un problema, el cual es que no dejan surgir a la juventud en dicho ámbito.

A su criterio, lo que necesita el país es recuperar los valores y que estos, junto a la familia, sean enaltecidos por encima de cualquier cosa. “Mi tía es muy opositora, igual mis primos, pero el cariño es el mismo”, indicó.

Para él, la constituyente es ese equilibrio que se busca, en donde los universitarios serán esos “profesionales que la patria necesita”.

El entendimiento entre los venezolanos es vital para Orellana, quien además reconoce que se tiene un problema y que hay jóvenes que pasan hambre y otras necesidades y por esto salen a las calles; sin embargo considera que debe haber un abrazo de fraternidad que una a los otros como compatriotas que son.

“Nosotros no toleramos a los estudiantes o colectivos que arremeten contra otros por pensar distinto”, dijo, por eso cree que se debe trabajar en la unión.

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