Así le habla Cristo a sus apóstoles: “No teman a los hombres… no tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma… teman más bien a quien, puede arrojar al lugar del castigo el cuerpo y el alma”. Esos temores deben ser vencidos por la confianza en Dios.
Esa es la razón por la cual la sociedad civil apoyada en Dios, debe hacer sentir su firmeza frente a la defensa de la familia; luchar porque se respete y fortalezca la institución familiar, el derecho que tienen un hombre y una mujer, a constituir una pareja, en forma permanente, y a educar según su fe y buenas costumbres y valores a sus hijos. Es urgente hacer valer el derecho que tienen los católicos a santificar su hogar, a través del Sacramento del Matrimonio en el amor y la fe cristiana. Que no nos acostumbremos a la poligamia, ni al adulterio, ni a ser padres o madres irresponsables, o al embarazo precoz.
No debemos tener miedo a insistir en una aéntica educación sexual desde la familia, que evite tanto el aborto, como el libertinaje y se le d a la sexualidad un lugar digno.
No tengamos miedo a hablar y vivir en el amor al trabajo digno: a aprender a trabajar, a ser creativos, a saber enfrentar las dificultades desde el trabajo, a saber buscar oportunidades honestas en un trabajo productivo; a no depender del mendiguismo, ni del populismo. El trabajo se va consolidando poco a poco; pero es necesario comenzar a trabajar con disciplina y sentido de organización. Sólo el trabajo honrado trae verdadera prosperidad y riqueza.
No tengamos miedo a alertar sobre la utilización del alcohol, porque de lo contrario, nos estamos volviendo un pueblo alcoholizado; que malgasta en alcohol, lo que necesita para gastos básicos de la familia.
No temamos exigir a nuestros gobernantes, un comportamiento honesto, una buena administración, saber castigar la corrupción y los fraudes electorales. No temamos salir en defensa de nuestras reservas forestales; que no se siga explotando y saqueando nuestros bosques. No tengamos miedo a afirmar que por lo anterior, se están secando los ríos, nos estamos secando en aguas, lo cual sería muy grave para el ecosistema Amazónico, para nosotros, Venezuela y toda la humanidad.
No temamos levantar la voz, contra las drogas y los vicios, eso no produce bienestar, ni desarrollo, eso sólo produce gente dañada y una falsa economía. Pareciera que algunos dirigentes políticos y algunos empresarios, no tuvieran hijos, no les importara la moral social, esas son falsas fuentes de trabajo, que sólo benefician a unos pocos y dañan a una mayoría.
No temamos decir y vivir la verdad, porque la verdad nos hará libres.
Si no es para siempre mejor no te cases
VATICANO, 21 Jun. 17 /(ACI).- Así el papa Francisco precisó a quienes desean contraer matrimonio que, si su opción no es para siempre, mejor no se casen.
…“el que ama realmente tiene el deseo y el valor de decir ‘para siempre’; pero sabe que necesita la gracia de Cristo y la ayuda de los santos para poder vivir la vida matrimonial para siempre”.
“No como algunos dicen: ‘Hasta que dure el amor’. No. ¡Para siempre! Si no, es mejor que no te cases. O para siempre o nada”, precisó Francisco.
…“en la liturgia nupcial se invoca la presencia de los santos. Y en los momentos difíciles hay que tener el valor de levantar los ojos al cielo, pensando en tantos cristianos que han pasado por la tribulación, y han mantenido blancas las vestiduras de su bautismo…”.
…“cuando dos novios consagran su amor en el sacramento del matrimonio, se invoca para ellos de nuevo –esta vez como pareja– la intercesión de los santos. Y esta invocación es fuente de confianza para los jóvenes que parten para el ‘viaje’ de la vida conyugal”.
“Dios nunca nos abandona: cada vez que lo necesitamos vendrá uno de sus ángeles a levantarnos e infundir consuelo. ‘Ángeles’ a veces con un rostro y un corazón humano, porque los santos de Dios están siempre aquí, escondidos entre nosotros”.
Felicitaciones a los periodistas
Queridos amigos periodistas, mi saludo y felicitación anticipada, siendo que el próximo martes 27 de junio celebran su día.
Pido a Dios que les bendiga el trabajo, profesión a la que considero de suma importancia y trascendencia para la vida de la sociedad.
Los animo a que continúen desarrollando las labores informativas con gran sentido de ética profesional y firme inspiración moral.
Que Dios los llene de bendiciones.
Mons. Antonio José López Castillo
Arzobispo de Barquisimeto