Por la puerta del sol

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Intereses paralelos de la vida (Cap. Final)
“El hombre no está hecho para la derrota. Puede haber sido destruido pero no derrotado. ¡Ah buen pescador! Cuando se tiene suficiente sedal la esperanza insiste sobre su objetivo: el pez. Por viejo que seas ya no matarás tiburones a garrotazos, pero lo intentarás, sé que lo intentarás mientras tengas la voluntad, los remos, la porra y la caña””(E. Hemingway)
No es el momento de pensar en lo que no tenemos sino en lo que podemos hacer con lo que hay. Encerrarse y aislarse después de la jubilación es no aceptar que el tiempo de producir pasó que es hora de hacer otras cosas, de disfrutar otras cosas, realizar lo que el horario del trabajo no nos lo permitía antes. Somos individuos coartados por el tiempo y el espacio.Desperdiciamos el momento trasladando nuestras ánforas de angustia a la eterna distancia del olvido, al alejamiento del cariño y de la amistad que todo supera en tiempos de retiro y de crisis.

En su poema “Asoma os´ en la ventana del vendaval” esto dice el poeta Marco Antonio: “Para saber sacarse el alma, tiene que construírsele ventana propia, regarle sus plantas al albor y ponerle al sol en el ocaso. Así llegaron los asomados hasta las puertas del tiempo, a buscar relojes, a ajustar manecillas, a cantar óperas primas del corazón, a no irrigar absurdos, a recoger odios y alzar la vista al cosmos que mide con el iris de la eternidad y con la pupila lúcida de las estrellas… Así son los asoma os´, ancestrales maestrosde ensueños, huidizos vientos a la vera de la metrópoli, y en la ruta, nadie sabe de esos, que en el tragaluz, cotizan su temporal”.

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En el retiro nos sentiremos mejor sicontamos conuna compañía auténtica de apoyo, atención, respeto y afecto que nos proporcioneel gusto de estar con aquel con quien envejeceremos con gusto, compartiéndolo todo sin mezquindades. “Sembremos la semilla que ella cuando grande nos sabrá agradecer, vamos y no temamos que el sol de la libertad en lo alto nos alumbra, mimemos la felicidad que ella siempre nos espera, lleguemos pero lleguemos juntos. Compartamos este cielo, el mismo que saborearon nuestros abuelos tan queridos, no importa lo escarpado del camino, no vamos a temer por los fríos inviernos, nos sabremos defender” (Del poema Caminemos juntos”del poeta de la familia Mauricio Victoria)

Todos necesitamos de alguien que nos acompañe que cante y haga locuras que nos ayude a absorber el silencio de una casa en donde ya no hay niños ni travesuras ni carcajadas, quepodamos juntos escuchar y recordar una canción, el momento de los cumpleaños, navidades y reuniones que tanto dejan en el alma.
Hoy puedo hacer las cosas que me gustan, no tengo prisa. ¿Cómo podría hacerlas ayer, con todas las responsabilidades que implicaba ayudar con la carga de la casa, atender la familia y educar a los hijos? No había tiempo, ahora lo hay. Se pueden visitar los hijos, podemos viajar. Alcanzamos la integridad, ahora somos nosotros, tenemos un yo, tenemos tiempo para sondear los misterios de la existencia, nos hemos aprobado a nosotros mismos, somos libres, al frente tenemos disponibles las delicias del autodescubrimiento, estamos vivos y listos a seguir en la hermosa batalla de la existencia.
Caminamos, pensamos, vemos, sonreímos, tenemos familia y manos, esas que aunque arrugadas siguen sirviéndonos, ¿qué más ganancia que todo eso? Anímense abuelos, la vida es bella, seguimos vivos… Mas, si le gusta estar solo que Dios lo acompañe, porque va a necesitar de alguien en algún momento.
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