La última propuesta del presidente Donald Trump de instalar paneles solares para levantar un muro anti-inmigrantes en su frontera con México parece una idea brillante, pero según expertos consultados, de todas formas enfrenta numerosos obstáculos.
El argumento central de la campaña de Trump de construir un muro en la frontera siguió siendo promovido por el nuevo presidente en el inicio de su mandato, pero ha fracasado en conseguir un gran apoyo del Congreso, que rechazó financiarlo.
Pese a sus repetidas declaraciones de que México pagaría la factura, el país vecino ha rechazado constantemente la idea de que vaya a pagar por esa obra cuyo costo ha sido cifrado entre 8.000 y 40.000 millones de dólares.
Trump resucitó el miércoles el proyecto y le agregó un toque ecológico.
«Voy a darles una idea de la que nadie ha oído todavía: la frontera sur, mucho calor, mucho sol…nosotros reflexionamos en la construcción de un muro como un muro solar», afirmó durante un mitín frente a sus simpatizantes reunidos en Cedar Rapids, en el estado de Iowa.
«Esto generaría energía y esto lo financiaría», agregó.
La organización de expertos Asociación de Industrias de Energía Solar (SEIA) ha dado una prudente bienvenida a este reconocimiento de la energía renovable, para la que el presidente Trump no había mostrado hasta ahora mucho apoyo.
«Estamos felices de saber que el presidente aprecia los numerosos beneficios de la energía solar», declaró en un comunicado Dan Whitten, portavoz de la SEIA.
«Estamos de acuerdo en que esto constituiría un planteamiento económico y respetuoso del medio ambiente, pero esperaremos conocer más de este plan para comentar más», agregó.