Las diarias confrontaciones entre la GNB y los manifestantes, han puesto sobre el tapete en nuestra ciudad, la urgencia de la Mediación, como proceso de negociación llevado a cabo por personas, adiestradas con conocimientos, habilidades y valores, específicos de la mediación, con el fin de promover el diálogo y contribuir a superar conflictos. Afortunadamente, la existencia desde el 2001 del Centro de Resolución de Conflictos del Colegio de Abogados, cuyo Diplomado ha formado mediadores que podrían garantizar la necesaria y urgente reflexión sobre un conflicto nuevo en nuestro país: el de la violencia política, el cual requerirá para su resolución de personas capacitadas para contribuir a mirarnos de otra manera a partir del reconocimiento mutuo.
En ciertas circunstancias, narrar un acontecimiento en primera persona es mucho más preciso, pues permite sentir al receptor, la fuerza del hecho narrado, amén del cómo se narra. Técnica importantísima en el periodismo y la literatura, adquiere la densidad propia de lo estrictamente humano, cuando desde la voz de los protagonistas, nos situamos emocionalmente en los acontecimientos. “Oigamos”:
“Hoy, en horas de la mañana, acudimos al llamado de muchos de los vecinos de Las Trinitarias, angustiados y agobiados por la represión desde tempranas horas. Hubo un detenido. Hablamos con los integrantes de La Resistencia para persuadirlos de la conveniencia de una mediación entre ellos y la GNB para que cesara la violencia. Nos validaron para dialogar con la GNB. Sus demandas: que soltaran el detenido y se retiraran, como condición para ellos replegarse por hoy. Hablamos con la GNB. Sus demandas: que los jóvenes abandonaran la ofensiva y quitaran las barricadas para permitir el libre tránsito. No aceptaron dejar en libertad al detenido porque según dijeron: tenía antecedentes por hurto de vehículos.”
Así comienza un mensaje por chat enviado por la Dra. Nelly Cuenca de Ramírez, cuyo camino recorrido en lo que a negociación y resolución de conflictos como formación sistemática compartida, comenzó con su conducción del Diplomado citado. Experiencia que en su caso, va apoyada por la religiosidad: “Oramos y destacamos la legitimidad de la resistencia y de la atribución de preservar el orden interno de la GNB. Abogamos porque ambas partes no hagan uso de la violencia y porque consideraran los daños colaterales que causaban. Mientras dialogábamos, ambas partes cesaron el ataque. Por eso es importante la presencia de muchos veedores e interlocutores válidos, cuando haya enfrentamientos porque, al menos, durante la presencia de partes de buena fe como los mediadores, iglesias, Cruz Roja, organizaciones y el apoyo de la comunidad, el conflicto armado desescala”…
Condición importante de la mediación, no siempre entendida por los protagonistas y testigos, es el autocontrol y la neutralidad. La experiencia de organismos internacionales así lo señala y lo recoge la Dra Cuenca en su mensaje: “…Necesitamos que nuestro cerebro negocie con nuestro corazón para auto controlar la ira, la rabia, la frustración y la impotencia, porque no son buenas consejeras para construir espacios de paz. Nuestra lengua tiene poder: para construir pero también para destruir. Necesitamos aliados para construir La Paz. Los mediadores tenemos el compromiso de autocontrolar la lengua y optimizar el uso de las emociones, para poder ser interlocutores válidos y así poder ser constructores de paz.”
Reencontrarse en el otro, reconocerlo, tolerarlo, ponerse en sus zapatos, aunque sea nuestro victimario, permite negociar para curar heridas: “…Falta mucho por hacer. La mediación es un proceso. Los logros son pasitos hacia adelante y hacia los lados(…)confianza, credibilidad, buena fe, comprensión y mucho respeto a la autodeterminación de las partes, diálogo, negociación, acuerdos, por pequeños que sean y reflexión. La mediación no juzga. Ni favorece a una parte en perjuicio de la otra. Es lo que se conoce como neutralidad, el gran principio de la mediación, necesaria en todo momento para ser interlocutor válido y confiable para todos pero de muy difícil comprensión. Ayúdennos en esta tarea. La clave para construir La Paz está en los libros sagrados de todas las religiones: no hagas a otro lo que no quieres para ti. No causes daño a los demás. Haz siempre el bien”.
“Entre tanto guijarro de la orilla/no sabe el mar en dónde ha de romperse”, de J.E.Pacheco, me recuerda la fuerza de la vida sobre la muerte. Seas mar o guijarro.
