Una tarde donde no se escatimaron halagos sinceros, sentimiento genuino de un hijo para el hombre que junto a mamá le dio la vida, fue el obsequio de EL IMPULSO para los trabajadores, a propósito del Día del Padre.
Con la proyección de un video sorprendió la empresa a los empleados durante el compartir. “El mejor” fue el adjetivo común usado por los hijos para felicitar a los papás en su día. Hubo en el material audiovisual inocencia y espontaneidad de niños compaginada con palabras afectuosas pronunciadas por los adultos en frases como “siempre me falta tiempo para expresar la grandeza de mi amor por ti” y alguna alusiva al poema de Andrés Eloy Blanco “Hijos infinitos”, pero adaptado por la creencia de que también hay padres “infinitos”.
Ante la muestra de cariño inesperada florecieron entre los hombres ocupantes de la sala lágrimas y risas. Admitieron varios de los invitados al homenaje no haberse imaginado que, en complicidad entre el departamento de Desarrollo Humano de EL IMPULSO y la familia de cada uno, en casa sus hijos habían grabado un video para dedicarles palabras de amor y declarar la admiración que sienten por ellos.
“Nos agarraron de sorpresa. Yo no me esperaba esto”, dijo con sonrisa complacida Ángel Montero, del área de Circulación. “Ellos demuestran el afecto que uno les da a ellos”, dedujo Montero sobre la grabación mostrada ante todos los compañeros de trabajo. Otros como Alberto Mogollón, empleado de Operaciones, no les pareció extraño la expresión de su hijo, pues en su caso sabe que siempre ha sido cariñoso, lo que sí le asombró fue verlo así manifestado, en un compartir con las personas con quienes comparte a diario la jornada laboral.
Las enseñanzas
Educar con valores como la responsabilidad y el respeto es para los papás entrevistados una de las tareas más importantes que como hombres de familia tienen. Así procura hacerlo Jhonnys Piña, del departamento de Seguridad, con sus dos hijos. Además, dijo, trabaja para darles estabilidad. “Hay que enseñarlos desde chiquitos a respetar, porque la educación va por delante”, es el objetivo para uno de los padres más jóvenes presentes durante el agasajo, Francisco Silva.
Para aquellos que crecieron sin una figura paterna, esa ausencia significó al convertirse en padres un motivo para superarse como seres humanos. Le ocurrió a Argimiro Yépez, papá de cuatro hijos. “(Ser padre) Es un compromiso, un deber, una responsabilidad y es una bendición. Yo, que vengo de una familia donde no tuve papá, trato de hacer lo que él no hizo conmigo, siempre estoy midiendo las cosas que él no hizo y que yo sí puedo hacer para no seguir el ejemplo negativo y, al contrario, hacer lo mejor posible”. En ese afán se empeña en nutrir a diario con principios a sus hijos “para que en el futuro puedan desenvolverse mejor”, explicó.
Consciente de que su forma de obrar es un espejo para sus hijas, Felipe Bonilla, corrector de este rotativo, conoce las dimensiones de su responsabilidad: “Siempre se ha dicho que uno es el ejemplo de los hijos y, por eso, cuando uno los cría tiene que tratar de hacerlo poniendo el mayor esfuerzo para que ellos anden siempre por el camino correcto, apoyarlos siempre y darles mucho amor”.
“Uno tiene que disfrutar sus hijos, mientras pueda, porque ya después de que uno no está aquí cómo hace y si uno los abandona tampoco”, es para Montero lo más valioso en la vida de un hombre. La misión para él es “sacarlos adelante, que sigan sus estudios para que el día de mañana sean personas provechosas para el país”.