El subsecretario de Estado estadounidense John J. Sullivan reclamó a la OEA dar un «modesto» paso para adoptar una resolución sobre la crisis en Venezuela, ante lo cual Caracas advirtió que ni con una invasión militar podrán imponer un eventual resolutivo.
Sullivan pujó por una propuesta impulsada por México que busca crear un «grupo de contacto» que acompañe un diálogo en Venezuela, donde las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro se prolongan desde el 1 de abril con saldo de 74 muertos.
«Es lo menos que podemos hacer (…) ante algo que sólo puede describirse como un crisis humanitaria», dijo Sullivan durante los trabajos de la 47 Asamblea General de la OEA, que se realizan en el balneario mexicano de Cancún.
La canciller Rodríguez, que intervino una media decena de ocasiones para replicar alusiones directas a la crisis política en su país, reiteró que Caracas desconocerá cualquier resolución de la OEA.
«Su grupo de contacto que usted está planteando me parece completamente inútil, innecesario (…). La única forma que podría imponerlo sería con sus marines que tendrían en Venezuela una respuesta contundente si se atreven a dar ese paso en falso», dijo Rodríguez, asegurando además que en Venezuela no hay ni crisis humanitaria ni presos políticos.
A unos metros de la venezolana, el estadounidense le respondió con tres palabras: «Distracciones, distorsiones e irrelevancias».
«Camada de perros simpáticos»
El lunes, en una sesión al margen de la Asamblea, los cancilleres fracasaron en su intento por reunir 23 votos de 34 países para adoptar una resolución, pero ahora se busca que se discuta en la Asamblea, donde las decisiones se toman por mayoría simple de 18 votos.
El proyecto logró 20 votos y la mayoría de los países que se manifestaron a favor retomaron el tema este martes en la Asamblea General, con lo que Sullivan se muestra optimista que se votará y pasará.
«Aún está bajo la consideración de la Asamblea bajo el liderazgo de México y esperamos que sea presentada para votarla de nuevo y pase», dijo el subsecretario de Estado en rueda de prensa.
El canciller peruano Ricardo Luna fue el primero en encender el debate en la Asamblea al resumir la demandas de los países críticos de Caracas y que estarían integrada en la propuesta a debate: reconsiderar su convocatoria a una Asamblea Constituyente, liberación de presos políticos, fin a la represión, establecer un calendario electoral, atender la crisis humanitaria que aqueja al país y aceptar la cooperación de un grupo de contacto.
La canciller Rodríguez reviró de inmediato: «Exijo a Perú respeto (…). Si ellos forman parte de la camada de perritos simpáticos para el imperio, Venezuela no».
Otras naciones, como Canadá, Chile, Argentina, Guatemala, Costa Rica, Colombia, Honduras, entre otros, hicieron coro del reclamo.
«Este tipo de posiciones alientan a esa oposición violenta que se niega a participar en un proceso democrático. ¿A qué están llamando, a la guerra? Les exijo respeto a los sumisos», cuestionó la canciller.
Luis Ezequiel Alvarado, jefe de la delegación de Nicaragua, aliado político de Caracas, salió en respaldo de Rodríguez.
La OEA «no puede seguir siendo utilizada por un grupo de países para afectar la soberanía, los intereses de Venezuela».
En su intervención, la canciller ecuatoriana María Espinosa lamentó de su lado que no se haya conseguido aprobar una resolución que acompañe «las iniciativas de diálogo promovidas por UNASUR y la Celac», foros en los que Venezuela participa activamente y en los que cuenta con aliados, entre ellos Ecuador.
La sesión plenaria de cancilleres y jefes de delegación continuaba por la tarde y el miércoles celebrará una nueva sesión. Una vez agotados los temas a discutir, se sabrá qué resoluciones serán sometidas a votación.
