Mientras el tiempo transcurre con sus campanadas de presagios, los muertos que tapizan la lucha siguen llenándonos de impresiones desagradables y de un dolor descorazonado. Principalmente porque son jóvenes esperanzados, revestido de la valentía de no temerle a nada y hallan la mala hora en el accionar inhumano de los guardias nacionales.
Más allá de tantos hechos fatídicos y de las declaraciones refractarias de los miembros de este mandato insensible, se encuentra el rumor a voces de una caída del gobierno en muy poco tiempo, pues el desplome de su aceptación es tan mayúsculo, que se habla del bajar de los cerros y el ensanchamiento de un sentimiento imperturbable de acabar esta situación de una vez, pese a las amenazas de los delincuentes pagados por el régimen para amedrentarlos en esos sectores.
El mecanismo impulsado por el gobierno no parece ser la respuesta certera para salvarse el pellejo. Una Asamblea Constituyente moldeada como calceta a su conveniencia, sólo deja la certidumbre en nuestro país y fuera de estos confines, que sólo quieren instaurar una dictadura perpetua.
Según Datanálisis, más de 85 por ciento de los venezolanos rechaza los cambios en la Constitución. Las acciones oportunas de la fiscal de la República, no sólo resultan convenientes y necesarias, sino fundamentales para no dejar a los malandrines salirse con la suya y evitar que terminen de promulgar leyes eternas para la miseria.
El apoyo a su determinación certera, proviene también de sectores de un chavismo que no soportan el derrumbe desventurado y tan totalitario de este socialismo que nunca fue bienintencionado. Ya se expresaron algunos radicales de otrora, así como un diputado para apoyar a Luisa Ortega Díaz, que desempolvó sus arrestos para aventurarse en la dura travesía de llevarle la contra al gobierno, así sea para evitar los barrotes de la justicia tras el final de esta dictadura sanguinaria.
Pero sí no sonó a vaticinio, el punto y raya trazado por el ministro de la Defensa. Padrino López trata de mala gana de achacarle las culpas a los guardias nacionales de las atrocidades, cuando la omisión en la acción militar y los brazos cruzados frente al asesinato de inocentes, también pasarán por el paredón de la justicia, al culminar los tiempos difíciles.
Es un descaro sin blindaje creíble. Vladimir no recuperó la cordura. Dudo que el alma le borborite por arrebatos de sensatez recobrada o exista algo de conmoción en sus entrañas. Creo que extravió los precisos caminos de la conciencia hace mucho. Seguro teme que las extremidades certeras del castigo, acaben con su estilo de vida de riquezas mal habidas.
De gran valor emocional resultó la comparativa del director técnico de la Vinotinto sub-20, Rafael Dudamel, al momento de alcanzar la final del mundial con aplomo soberbio, haciendo gala de la misma intrepidez para cantarle en sus narices al Presidente, la necesidad de que deje las armas y evite más muertes.
Esa casualidad de la historia es espeluznante. Sosa empalmó un gol de leyenda, pero minutos antes Neomar Lander perdía el aliento de la vida, ante una bomba lacrimógena ensartada en el pecho. Dos chicos de 17 años. Los dos, héroes de la patria.
No existen mandatos invencibles, ni pueblos tan sosegados como para calarse con conformidad, la muerte de sus hijos y el desvanecimiento total de las libertades. Estamos a centímetros de distancia de los resultados inquebrantables. Ha llegado el tiempo de definir el futuro de nuestras generaciones y no permitir que siga a sus anchas, un tiranía cultivadora de la muerte.
MgS. José Luis Zambrano Padauy
Director de la Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani”
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@Joseluis5571
