Los cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) se reúnen en este balneario turístico mexicano con la mirada puesta en la crisis de Venezuela, que el lunes vio una nueva jornada de protestas tanto de la oposición como de seguidores del gobierno.
Cerca de 70 personas han fallecido, cientos más han resultado heridas y miles han sido detenidas durante más de dos meses de protestas en la nación sudamericana.
Mientras los cancilleres alistaban su encuentro, decenas de miles de opositores salieron a las calles de Caracas al grito de «¡¿Quiénes somos?! ¡Venezuela! ¿Qué queremos? ¡Libertad!», en un nuevo intento para marchar hacia la sede del Consejo Nacional Electoral, en el centro de la capital.
Al poco tiempo de tomar la autopista varios centenares de guardias nacionales y policías, con equipos antimotines, comenzaron a lanzar gases lacrimógenos y balas de goma para dispersarlos.
Miles de seguidores del gobierno también salieron este lunes a marchar en el centro de la capital en rechazo a la reunión que tendrá la OEA para discutir la situación de Venezuela.
Más temprano, decenas de oficialistas se enfrentaron a golpes y empujones con un grupo de opositores que se concentró frente a la Fiscalía General para expresar su respaldo a la jefa de ese despacho que ha sido objeto de fuertes críticas de parte de algunas figuras del gobierno a raíz de su distanciamiento de la administración del presidente Nicolás Maduro.
Decenas de funcionarios de seguridad y guardias nacionales debieron actuar para dividir a los bandos.
La semana pasada 23 expresidentes latinoamericanos y de España recomendaron a la OEA adoptar una serie de medidas, que incluye exigir al gobierno respeto a los derechos humanos, detener la represión de las protestas y abandonar la idea de reformar la constitución.
Hasta ahora las naciones del hemisferio han sido incapaces de llegar a un consenso sobre una posible salida a la crisis.