Protección, salvación y perdón desde el cielo, pidieron los caraqueños este sábado durante una concentración en la Avenida Francisco de Miranda. Sin tomar distancia, judíos, católicos y evangélicos se dieron cita de manera pacífica para elevar una oración por la paz del país.
Desde seis puntos de la ciudad partieron varios grupos de ciudadanos y se concentraron en una avenida que ha sido escenario de represión por parte de los efectivos policiales y militares, pero que en esta oportunidad sirvió para demostrar que quienes disienten del Gobierno sí guardan un espíritu de paz y libertad.
Sin banderas alusivas a partidos políticos y con imágenes religiosas o mensajes bíblicos, los manifestantes aseguraron que no descansarán hasta “romper las cadenas de la opresión”. Un artista plástico indicó a EL IMPULSO que Venezuela está sumida en las tinieblas pero por la gracia de Dios pronto verá la luz.
Desde la tarima se invitó a rezar el rosario en varias oportunidades, pidiendo especialmente por los presos políticos, los fallecidos en el marco de las protestas y los trabajadores de la prensa, quienes en el ejercicio de sus funciones también han resultado afectados por el proceder de los cuerpos de seguridad.
En representación de la iglesia católica, tomó la palabra el sacerdote Henrique Yánez, quien pidió misericordia a Dios y fortaleza a los familiares de los caídos; recordó a Neomar Lander, un joven de 17 años que perdió la vida en la avenida Libertador el pasado 7 de junio, y expresó que los adultos están llamados a luchar y dejar un país libre a las nuevas generaciones.
Yánez sugirió tomar un minuto de silencio y otro de aplausos, como evidencia de que en Venezuela “los buenos somos más”. Mientras ofrecía estas palabras, al menos 15 personas sostenían cruces de diversos colores. “Santa barrera”, respondió la responsable de esta iniciativa al consultarle. Según contó, estas cruces contienen la maldad y la muerte, y representan las diversas creencias que hacen vida en el país, las cuales están dando muestras de que la tolerancia sí es posible en un escenario que parece polarizado.
Por la iglesia evangélica participó el pastor José Piñero, quien invitó a los creyentes a pedir con determinación que aquellos que reprimen al pueblo, depongan las armas. Aclaró que la confianza no está en la comunidad internacional ni en los líderes políticos o religiosos, sino en Dios.
La actividad culminó en paz, como estaba prevista, y con la bendición del padre Yánez quien encomendó a Venezuela a la misericordia de Dios.